'Si una canción pasa de moda, es mala'
Pocos nombres clave de la historia del pop-rock de los tumultuosos años setenta del siglo XX han conseguido sobrevivir y adaptarse a los nuevos tiempos sin bajarse de su pedestal de iconoclasta y ganando, al mismo tiempo, un aura de dignidad y credibilidad como Bryan Ferry. El cantante, compositor y productor británico parece a sus 57 años vivir ya alejado del bien y del mal al permitirse el lujo de resucitar un mito como Roxy Music sin que se le tilde de nostálgico o dedicarse a cantar éxitos de la década de 1940 sin pecar de revisionista. Bryan Ferry, con su elegancia habitual, puede romper cualquier esquema: la más reciente vuelta de tuerca a su cambiante universo es un nuevo disco, el undécimo en su carrera, que con un título tan significativo como Frantic (Frenético) le aleja de su última imagen de crooner sensual y esteta. 'Los dos últimos años de mi vida han sido realmente frenéticos. ¡Hacía mucho tiempo que no trabajaba tanto! De ahí el título del álbum', explica con voz y ademanes pausados, alejados de esa hiperactividad de la que se lamenta y enorgullece a partes iguales.
Su nuevo disco, 'Frantic', le aleja de su última imagen de 'crooner' sensual y esteta
Vestido con aire deportivo, pero luciendo algunos detalles (unos enormes gemelos de esmeraldas, por ejemplo) que le acercan a la imagen de dandi que ha cultivado, Ferry elogia a sus compañeros de Roxy Music. 'Volver a reunir a Roxy Music tras 18 años ha sido algo grande de lo que me siento orgulloso. Han sido 51 conciertos cargados de electricidad'.
Frantic acaba de aparecer en los estantes de las tiendas casi al mismo tiempo que el DVD Live at the Apollo, que recoge uno de los conciertos de esa gira del pasado año al frente de la última reencarnación de Roxy Music. Curiosamente, el nuevo plástico de Ferry se grabó justo antes y después de esa gira en la que, a pesar de hablarse de reunión original, no contó con la presencia de Brian Eno, quien, en cambio, participa como instrumentista, vocalista y compositor en dos temas de Frantic. 'Eno y yo somos muy amigos y me gusta trabajar con él en estudio. Grabando es uno de los músicos más positivos que conozco, pero en directo ya es diferente. No le gustan las giras y, dado que una buena parte del material era nuevo, tampoco era necesaria su presencia, que estaba cubierta con los instrumentistas de mi grupo'.
Si en su anterior trabajo individual, As time goes by (1999), Ferry había desenterrado ya algunos de sus fantasmas personales (de Casablanca a Marlene Dietrich), en este nuevo disco surgen otros aparentemente tan dispares entre sí como Bob Dylan y Ricardo Corazón de León o Marilyn Monroe y Leadbelly, y persisten sus citas cinéfilas, personalizadas esta vez en Orson Welles y Alain Resnais. 'Mis dos grandes influencias son la música y el cine, sobre todo las películas de Hollywood. De niño vivía en un pueblecito húmedo y gris cercano a Newcastle y mi madre preparaba té para el proyeccionista del cine, muy al estilo de Cinema Paradiso. Así que mi hermana y yo teníamos siempre entradas gratuitas, no nos perdíamos ninguna película'.
Luego está el amor por la música sin filiación, que le permite abordar en directo con igual intensidad viejos temas de Roxy Music o hacer versiones de viejos y conocidos estándares. 'La música no tiene edad ni vive en un tiempo concreto. Si una canción es buena, sonará durante 20 años o más. Yo pertenezco a una generación que valora las buenas canciones aunque tengan 30 o 40 años. Ahora, en cambio, la industria sólo quiere ir rápidamente: todo tiene que seguir una moda aunque pase pronto. Si una canción pasa de moda, no es una buena canción'. En esa línea, el primer single de su nuevo álbum es un tema de Bob Dylan, Don't think twice, it's allright, de claro matiz inconformista escrito en los primeros años sesenta.
Bryan Ferry se embarcará pronto en una nueva y larga gira de presentación de Frantic que se detendrá por aquí en cuatro ocasiones: el 16 de julio en Málaga; el día siguiente en Madrid; el 13 de septiembre en San Sebastián y el 1 de octubre en Barcelona.
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