El Nobel Stiglitz acusa al FMI de 'fracasar' en el país austral
El Premio Nobel de Economía 2001, Joseph E. Stiglitz, descargó ayer una auténtica tormenta de críticas sobre 'el dramático fracaso' del Fondo Monetario Internacional (FMI) en Argentina, donde ha aplicado 'las mismas medicinas que ya fracasaron en el sureste asiático', y subrayó que las 100 crisis de los últimos 20 años en países emergentes demuestran que el FMI no ha respondido a su misión de garantizar la estabilidad financiera.
El ex economista jefe del Banco Mundial atribuyó el colapso en Argentina a la aplicación 'con matrícula de honor' de las recetas de un FMI 'que debería regresar a su función inicial de asegurar la financiación a los países en crisis para permitirles poner en marcha políticas expansivas', y que en su orientación actual 'haría revolverse en su tumba' al mismísimo John Maynard Keynes. Stiglitz pidió a José María Aznar que aproveche la actual presidencia española de la UE para promover la apertura del mercado comunitario a los productos agrícolas argentinos.
Quien fuera asesor del ex presidente Bill Clinton fue el invitado estrella de las jornadas de Caixa Manresa sobre Los horizontes de la globalizacion, celebradas en la localidad de Sant Fruitós de Bages, cerca de Manresa (Barcelona).
Política 'inhumana'
Poco antes de su intervención, Stiglitz atacó con dureza la 'inhumana' política económica de Bush y, en particular, el seguro del paro en este país, que equivale a un 27% del salario y se cobra durante 26 semanas, más 13 semanas más si en un Estado el paro es muy elevado.
Stiglitz, también crítico con el 'unilateralismo' de Bush, dio fe de su posición favorable a la globalización por sus ventajas potenciales para todo el planeta, pero fustigadora con el modo en que este fenómeno está siendo conducido por las instituciones internacionales.
En las mismas jornadas, Juan Luis Cebrián, consejero delegado de PRISA, subrayó que la globalización no es sólo un proceso económico y recordó el peso de la corrupción en la situación argentina. Cebrián reclamó la reforma de las instituciones para 'no vernos desbordados por la velocidad de los hechos', también en materia de inmigración. Cebrián subrayó la necesidad de que exista 'una intervención política que regule el modo de hacer inversiones en infraestructuras de banda ancha'.
Para el presidente catalán, Jordi Pujol, que clausuró el acto, 'globalización no es sinónimo de ser grande', como demuestra el éxito de países como Finlandia o Irlanda.
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