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Crítica:CRÍTICA | TEATRO
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Arbitrariedades

En unas fechas disparatadas, como corresponde a la caótica programación de la casa, llega al Principal de Valencia esta versión del Tenorio de Zorrilla que se distingue, antes que otra cosa, por su manifiesta y deliberada arbitrariedad. La puesta al día de un texto lleno de ripios pero atractivo hasta la fascinación (por ejemplo, en la escena segunda del acto séptimo, La Estatua le comunica a Don Juan el menú que le tiene preparado: 'Aquí, fuego; allí, ceniza'. Y el burlador responde de una manera que jamás he conseguido entender: 'Ceniza, bien: pero ¡fuego!...', como si fuera inseparable una cosa de la otra), deriva pronto en un disparate que aspira a proponer nada menos que 'renovadas visiones del mito a través del texto de Zorrilla'. Para ello, abunda en anacronismos de vestuario y de situación, de composición dramática y de extensiones de actualidad que más que potenciar el mito, o modernizarlo (como si le hiciera alguna falta), lo echan a perder.

Don Juan Tenorio

De José Zorrilla. Intérpretes, Amparo Soler Leal, María José Goyanes, Hector Colomé, Luis Valera, Teófilo Calle, Charo Soriano, Julio Salvi... Iluminación, Juan G. Cornejo. Vestuario, Ana Garay. Escenografía, Alfonso Barajas. Musica, Luis Navarro. Dirección, Alfonso Zurro. Teatro Principal. Valencia.

Una cosa es cargar de intención con aportaciones más o menos sutiles (caso de John Strasberg en su montaje de hace unos años para el Centre Dramàtic de la Generalitat Valenciana) el medio chusco clásico de Zorrilla y otro hacerlo naufragar en medio de una colección de ocurrencias pueriles. Se esperaba más de Alfonso Zurro, director que tiene en su haber más de un montaje interesante, y que aquí se deja llevar por una facilidad extremada. Amparo Soler Leal es una buena actriz en cualquier circunstancia, cosa que no puede decirse del resto de un reparto sin química y que, de no tratarse de una producción del Centro Dramático Nacional, se diría reclutado de aluvión.

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