Los críticos de IU se reagruparán el día 20 para plantar cara a la dirección de Diego Valderas
Los oficialistas dicen que no existe ninguna 'batalla' y que las quejas son 'rabietas de algunos'
La paz interna en Izquierda Unida de Andalucía ha durado poco. Tras el cierre de filas en torno al relanzamiento del proyecto de Convocatoria por Andalucía, recogido en el manifiesto Otra Andalucía es Posible el pasado octubre en Carmona, las diferencias orgánicas han vuelto a salir a flote por la forma en que se ha aplicado y presentado el acuerdo con los socialistas en las cajas de ahorro sevillanas, y varios mensajes en 'exceso' positivos hacia el PSOE que los críticos consideran 'entreguistas'. El día 20 este sector se reunirá en Córdoba para dar a conocer otro manifiesto.
En el acto de Carmona el pasado 28 de octubre en el Teatro Cerezo se puso en escena una Izquierda Unida cohesionada. Críticos y oficialistas proclamaron que las diferencias habían pasado a un segundo plano para fortalecer la reedición de Convocatoria por Andalucía e impulsar un bloque social alternativo. Atrás quedaban, dijeron, los sonoros desencuentros entre Diego Valderas, que salió coordinador en la 13ª Asamblea regional de 2000 por un 54%, y Concha Caballero, coordinadora de Sevilla, que alcanzó el 46%.
Pero a la vista del malestar que ha brotado de nuevo se trató tan sólo de un espejismo. El sector crítico -que había dado por terminado los intentos de materializar la pluralidad en los órganos y había tirado la toalla en el relevo del portavoz parlamentario, Antonio Romero- ha puesto el grito en el cielo por las declaraciones en 'exceso' positivas hacia el PSOE de significados dirigentes. Según esta lectura, IU ha proyectado una imagen de entreguismo, ha bajado la guardia en su labor de oposición y se ha sumergido en una peligrosa ambigüedad, que en las municipales de 2003 podría volver a pasar factura.
También ha recibido un aguacero de reproches la negociación del pacto con el PSOE en las cajas de ahorro sevillanas. Aunque fue la propia Concha Caballero quien recondujo la postura de la coalición para retirar el apoyo a los ex presidentes de las entidades Isidoro Beneroso y Juan Manuel López Benjumea, la elección de Luis Pizarro como consejero de San Fernando, en contra de la organización provincial de Sevilla, hizo saltar los resortes de la paz contenida. Además, los críticos se quejan de que la ejecutiva regional ha pactado con los socialistas una vicepresidencia en esta caja para Pizarro que no existe en los estatutos, por lo que deberán ahora ser reformados si se quiere cumplir.
Este sector tiene previsto reunirse el próximo día 20 en Córdoba, lanzar otro manifiesto por la independencia de IU, la vocación de alternativa (no bisagra), y definir una vez más su postura para, en palabras de uno de sus miembros, recordar a la dirección de Valderas los compromisos de apertura y pluralidad. Al encuentro acudirá el CUT de Juan Manuel Sánchez Gordillo, que ha estado apartado de las cuestiones internas en los últimos meses. Los críticos aseguran que después de este 'tirón de orejas' no se plantean más acciones que reclamar respeto de los postulados de la 13ª Asamblea y, eso sí, preparar el terreno para ganar la próxima, prevista para finales de 2003.
Oficialistas y críticos tuvieron duras palabras en la reunión de la presidencia federal que se celebró el pasado martes en Madrid, con la participación de Gaspar Llamazares. El coordinador nacional no quiso pronunciarse, apelando a la autonomía de la coalición andaluza, aunque sí pidió que las 'legítimas' discrepancias se diriman con moderación.
Fuentes del sector oficial quitaron importancia al nuevo plante de sus adversarios y calificaron de 'simple rabieta' las declaraciones de algunos dirigentes. 'No hay ninguna batalla distinta', dijeron las mencionada fuentes, 'al hecho de que van perdiendo progresivamente posiciones dentro de IU y del PCA'.
Por encima de las disputas gravitan los preparativos del congreso del PCE, que se celebrará en marzo y, unas semanas después el del PCA, en el que Felipe Alcaraz dejará la secretaría general tras 22 años en el cargo.
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