El Gobierno rechaza la incorporación de policías y guardias civiles a los Mossos d'Esquadra
En Cataluña habrá 15.296 mossos d'esquadra en 2010, fecha en la que el Departamento de Interior de la Generalitat prevé finalizar el despliegue de la policía autonómica en todo el territorio. Actualmente ya son casi la mitad, concretamente 7.483 si se suman los agentes que se han incorporado con la apertura de las comisarías de Manresa, el pasado miércoles, y de Granollers, mañana lunes. La Generalitat propone que puedan incorporarse a los Mossos agentes del Cuerpo Nacional Policía y la Guardia Civil, pero el Ministerio del Interior rechaza esa iniciativa.
Hace poco más de un año, el Departamento de Interior sugirió al ministerio que para agilizar el despliegue de los Mossos d'Esquadra en la provincia de Barcelona se pudieran integrar a cada promoción de la Escuela de Policía de Cataluña hasta un 15% más de agentes procedentes del Cuerpo Nacional de Policía y la Guardia Civil, siguiendo el esquema que se empleó cuando se realizó el traspaso de competencias de tráfico. Formalmente el ministerio no se ha pronunciado sobre esa propuesta, pero portavoces oficiales han asegurado que está descartada, porque ello implicaría que quedaran vacantes un gran número de plazas y que eso obligaría a un incremento presupuestario para cubrirlas.
'El ministerio tiene otras prioridades, que pasan por reforzar los servicios que seguirán siendo responsabilidad de la Guardia Civil y de la policía', aseguran las mismas fuentes. 'En estos cuerpos seguirá haciendo falta gente preparada y el ministerio no va a estimular la marcha de sus funcionarios después de haberlos formado', aseguran. Otra cosa es que algunos agentes, como ha venido ocurriendo desde hace años, abandonen un cuerpo y se presenten como aspirantes a Mossos d'Esquadra o bien que la Generalitat les fiche para ocupar puestos de responsabilidad, como ha venido ocurriendo estos años. El máximo responsable de los Mossos d'Esquadra, Joan Unió, procede del Cuerpo Nacional de Policía.
Actualmente hay en Cataluña 4.300 guardias civiles y 6.036 policías nacionales, unos cuatro mil agentes menos de los que llegó a haber antes de 1995, cuando la policía autonómica inició el despliegue en la comarca de Osona. Hasta entonces, todas las competencias de tráfico, de seguridad ciudadana y de orden público correspondían a otros cuerpos policiales.
La Guardia Civil llegó a tener desplegados en Cataluña un máximo de 7.500 agentes, y el Cuerpo Nacional de Policía, 6.500. Es decir, 1.300 policías menos de los que tendrán en su día los Mossos d'Esquadra, y eso teniendo en cuenta que la policía autonómica catalana nunca asumirá ciertas competencias, que seguirán estando reservadas a otros cuerpos. Por ejemplo, la vigilancia de fronteras, el servicio maritítimo, la lucha contra el terrorismo, la delincuencia organizada, el tráfico de drogas y armas, la vigilancia de aeropuertos, extranjería, documentación y las redes de tráfico de personas.
Fuentes del Ministerio del Interior exponen un ejemplo de la descompensación existente entre los cuerpos policiales. Tradicionalmente, la vigilancia de la cárcel de Figueres la venían realizando un grupo de 18 guardias civiles. Cuando los Mossos d'Esquadra se desplegaron en la zona, ese mismo trabajo se encargó a 42 agentes. La experiencia acumulada durante el despliegue y la sustitución de un cuerpo por otro ha servido para ajustar esos desequilibrios, aunque persisten numerosas diferencias. Por ejemplo, las salariales. El sueldo de un mosso d'esquadra en el año 1997 era de 268.522 pesetas mensuales brutas, frente a las 230.423 de un guardia urbano, las 189.708 de un policía nacional y las 186.203 de un guardia civil. Cuatro años después esas diferencias salariales apenas han cambiado. Por no hablar de las horas extraordinarias, que hasta hace poco se abonaban a los mossos si seguían trabajando fuera de su horario laboral, algo impensable en otros cuerpos policiales.
Marcha masiva
Precisamente la carestía de la vida en Cataluña en general y en la provincia de Barcelona en particular es uno de los factores que contribuyen a la marcha masiva de los policías que tienen esta ciudad como primer destino.
De los 711 que llegaron este verano, sólo 90 eran voluntarios. Ese mismo fenómeno se produce entre otros funcionarios del Estado que son destinados inicialmente a Cataluña, como jueces y fiscales. La explicación es que en Cataluña, a diferencia de lo que sucede en otras comunidades autónomas, no existe una tradición de funcionariado ni de opositor para esas profesiones.
La pirámide estructural de los Mossos d'Esquadra diseñada por el Departamento de Interior prevé una escala básica formada por 11.403 agentes y 2.160 cabos. Por encima se sitúan los sargentos (932) y los subinspectores (480). En la zona alta de la pirámide figuran las categorías de inspector (234), intendente (64), comisario (17) y mayor (6).
Hace un año, el propio consejero de Interior aseguró que la policía autonómica estaría formada por entre 12.000 y 14.000 agentes, aunque esas cifras han sido revisadas claramente al alza, lo que hará aumentar también las partidas del pacto de financiación dedicadas a sufragar el coste de la policía autonómica. Este año, la partida aportada por el Estado para costear la policía autonómica superará los 35.327 millones de pesetas (unos 212 millones de euros), según señalan las cifras oficiales. A ello ha de añadirse todo el mantenimiento de las instalaciones y otros gastos ordinarios, que corren a cargo de la Generalitat.
Lo que resulta una incógnita es el número de policías y guardias civiles que quedarán cuando se haya completado el despliegue de los Mossos d'Esquadra. El Ministerio del Interior asegura que serán unos 8.000, cifra que califican de absolutamente desproporcionada otras fuentes policiales, teniendo en cuenta que actualmente son 10.350. El Cuerpo Nacional de Policía tiene ahora en la capital catalana 3.192 agentes, contando todos los servicios que presta. Los Mossos prevén una dotación de entre 4.455 y 4.570 agentes.
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