Adiós definitivo a los bombachos

Medallistas incluidos, 17 atletas españoles se han clasificado entre los ocho primeros en estos Campeonato del Mundo. Los resultados son parecidos a los logrados en los de Sevilla 99, pero con una salvedad: los que no han conseguido una medalla se han apelotonado a las puertas del podio. Han sido numerosos, en efecto, los cuartos, quintos, y sextos puestos.

Uno de los aspectos más gratificantes ha sido el papel desempeñado por las mujeres, dos medallistas y cuatro finalistas, que no han necesitado ningún tipo de discriminación positiva para tener su importante cuota de representatividad en el éxito que, sin lugar a dudas, ha supuesto para nuestro atletismo esta cita. Se lo han ganado en la pista con un coraje y una valentía encomiables. Como muestra de ello tenemos la imagen de Marta Domínguez en la final de los 5.000 metros.

Debemos considerar que en este país, la mujer se incorporó al atletismo de alto nivel con más de 50 años de retraso respecto a los hombres.

Como otro dato más, hay que citar que la primera en acudir a unos Juegos Olímpicos fue Carmen Valero, en los de Montreal 76; que en los de Moscú 80 no hubo ninguna representante española, y en los de Los Ángeles 84 sólo dos, Teresa Rioné e Isabel Mozún.

A partir de ese momento el número de representantes fue aumentando paulatinamente, pero los grandes resultados surgían de forma esporádica por medio de atletas geniales.

Vaya desde aquí un recuerdo a las pioneras de mediados de los años 60, que, además de sufrir los bombachos, tuvieron que enfrentarse a las viejas teorías masculinizantes sobre la práctica deportiva.

Otro aspecto reseñable es que el atletismo europeo parece haber delegado su representatividad en las pruebas masculinas de 1.500 metros para arriba fundamentalmente en los españoles. Países de gran tradición en el fondo, como el Reino Unido, Polonia, Finlandia, Suecia, Italia e incluso Portugal han huido ante el potencial africano. Los franceses, que, eso sí, en su mayoría son de origen magrebí, también se han dejado ver en estas distancias.

Algunos de los líderes de los últimos años se han humanizado con la derrota, como Marion Jones o Gebrselassie. Otros ya venían humanizados, como Javier Sotomayor. Y muchos siguen aferrándose al éxito: Green, Edwars, Pedroso, Korzeniowski y Zelezny.

Por otra parte, hay que destacar que, hasta el momento de escribir estas líneas, a falta de la última jornada, no se ha batido ningún récord del mundo, lo que confirmando que cada vez son más costosos.

El hecho de que representantes de treinta países hayan subido al podio continúa garantizando la universalidad de este deporte y da a entender la dificultad de obtener una medalla, puesto que, en cualquier rincón, se pueden encontrar ya rivales cualificados.