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Reportaje:

'Pequeñajos' en el circuito de Cheste

Jóvenes pilotos de entre 14 y 16 años participan en la tercera prueba del Campeonato de España de Velocidad

Como siempre que una prueba de motociclismo se celebra en la Comunidad Valenciana, el circuito Ricardo Tormo de Cheste recibió ayer todo el circo que acompaña a este tipo de competiciones: decenas de técnicos, camiones llenos de motos y herramientas, comisarios de pista, pilotos, prensa y aficionados, la mayoría de ellos motorizados, revoloteaban en un incesante ir y venir durante la celebración de la tercera prueba del Campeonato de España de Velocidad.

Los pilotos, chavales de 14 a 16 años que corren a más de 200 kilómetros por hora, aguantaban los nervios y el calor embutidos en sus monos de cuero esperando a que comenzara la carrera y a que los técnicos pusieran a punto las motos en el garaje. 'Hoy no ha venido mucha gente porque hace mucho calor y la playa tira más', comentaba Pablo Pernía, jefe de prensa del circuito. Y eso que la entrada era gratuita y que Renfe había establecido un dispositivo especial para llegar a Cheste: unos 30 viajes diarios en tren desde este mes hasta septiembre, cuando entre los días 21 y 23 se celebre en Gran Premio de la Comunidad Valenciana.

En la línea de meta, decenas de personas rodeaban a los jóvenes pilotos mientras se guardaba un minuto de silencio por las últimas víctimas de ETA. Entonces enmudecieron los motores. Cuando las motos echan a rodar, cualquier fallo da con las esperanzas de alguien en el suelo. Eso le pasó a uno de los favoritos en 125cc, Héctor Barberá, que se cayó en la primera vuelta. 'Es muy duro ver cómo un chaval de 14 años se pega esos golpes tan fuertes, porque se quedan muy desilusionados', dice Pernía. 'Conforme he entrado en la curva he notado que alguien me daba un golpe y me he ido al suelo. Al levantarme he visto al otro piloto a mi lado', explicaba Héctor con el mono magullado por la caída y los ojos llorosos antes de pegarle una patada a su maltrecha moto. Luego recibió el consuelo de los técnicos y acabó de ver la carrera por televisión con el ceño fruncido en el garaje .

La sala de prensa, con sus 208 asientos y sus 208 respectivos monitores, recibe tras la prueba a unos pilotos poco acostumbrados a los medios de comunicación y que se defienden con monosílabos a las preguntas de los periodistas: 'Sí', 'no', 'no lo sé', 'ya veremos', ...

'Pero si es un chiquillo', 'es un pequeñajo', o 'dice que ha cumplido ahora 14 años', son algunos de los comentarios que se escucharon entre el público cuando uno de los pilotos, un italiano bajito llamado Giorgio, que acababa de conseguir la tercera posición en la carrera de 125cc, bajó de su moto y subió al podio a recoger su trofeo.

Entre los aficionados que ayer visitaron el circuito de Cheste, se encontraban el capitán del Pamesa Valencia, Víctor Luengo, y el defensa italiano del Valencia Amedeo Carboni, que entregaron las copas a los campeones de la carrera. 'El tercero que ha llegado era como él', bromeaba Carboni, gran aficionado al motociclismo -iba en una pequeña moto a los entrenamientos cuando era jugador del Roma-, señalando a un niño de unos ocho años. Ángel Rodríguez fue el vencedor en 125cc y Álex Debón en 250cc. Cuando acaban las carreras, el circo recoge sus bártulos y desaparece en busca de su próximo destino. Hasta la próxima prueba.

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Uno de los jóvenes pilotos que corrió ayer en el circuito de Cheste.
Uno de los jóvenes pilotos que corrió ayer en el circuito de Cheste.MÓNICA TORRES

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