Aplausos para todos

El Bernabéu resarció anoche a sus jugadores del mal trago vivido en el Camp Nou. Figo era la excusa, el protagonista del desagravio, pero hubo aplausos para todos: Guti -autor del gol 500 del Madrid en la Copa de Europa-, McManaman, Roberto Carlos y, también con gran profusión, Morientes.No hizo falta que empezara el partido para que los aficionados del Real Madrid jalearan a su nuevo ídolo. Sonaba la alineación de los blancos con el eco eléctrónico de la megafonía y fue oírse el nombre del portugués y convertirse el estadio en un clamor. Tocaba Figo el primer balón, nada más pitarse el inicio del encuentro, y de nuevo hubo aplausos para él. Sacó la primera falta, no habían pasado más que tres minutos, y la ovación se hizo atronadora. Y así toda la noche, mientras estuvo en el campo. Cuando sacaba un córner -lanzó cuatro, sin más problemas que los que le dio una camilla de la Cruz Roja en el lado izquierdo por aquello de que no le dejaba espacio suficiente-, cuando hilvanaba una jugada, cuando lanzaba a puerta... Y cuando se retiró a los vestuarios, en el minuto 52. Fue entonces cuando más se esmeró el Bernabéu con una ovación que Figo, a su vez, agradeció con unos aplausos dirigidos a la grada.

Para entonces el portugués ya había cumplido su otro objetivo en el partido: ver una tarjeta amarilla que, sumada a las dos que ya tenía, le obligará a perderse el encuentro de la próxima semana en Moscú frente al Spartak pero le permitirá llegar limpio a la segunda fase. Mientras Figo vio su tarjeta en el minuto 42 tras una dura entrada por detrás a Dimas, Helguera, que estaba en la misma situación, esperó hasta el minuto 77 para, también con una entrada por detrás sobre Joao Pinto, limpiar su historial.