El crol ondulatorio

No sólo los récords caen. Las marcas para clasificarse para las finales han superado todas las expectativas. Si no se sigue la natación día a día es como si de repente la evolución de este deporte se hubiera acelerado de forma inaudita. ¿La causa? La ventana subacuática tiene una gran ventaja: puedes ver detalles que escapan a la mayor parte de los espectadores, cómo los bañadores de cuerpo entero se llenan de aire y permiten que el nadador flote más o cómo algunos realizan movimientos no permitidos en el estilo braza, pero imposibles de detectar por los jueces que se hallan sobre el agua.Pero no todo es picaresca. Por fin, he podido ver una nueva técnica. Klim no nada crol, sino un nuevo estilo. ¿Cómo podemos denominarlo? Tal vez, crol ondulatorio. Tuve oportunidad de ver al propio Popov entrenarlo, pero nunca se atrevió a usarlo en competición. Su compañero de entrenador lo ha utilizado para superarle. El nadador, aunque mueve sus brazos como en el crol, en vez de batir sus pies de forma alternativa lo hace simultáneamente, con lo cual su cuerpo y sus piernas forman una sinusoide similar a la del estilo mariposa, pero la alternancia de los brazos lo hace mucho más eficiente. Desde que se empezó a usar el movimiento ondulatorio subacuático en la competición sabemos, por nuestras investigaciones, que el nadador puede nadar más rápido bajo el agua que por encima, pero hasta ahora no se había aplicado este tipo de movimientos en el crol, aunque si en la braza y la mariposa.

Klim utiliza esta técnica en los últimos diez metros, en los que la fatiga localizada en los brazos puede compensarse con una acción propulsiva de las piernas más potente gracias al movimiento ondulatorio. En la salida realiza ocho movimientos ondulatorios bajo el agua hasta llegar a los 15 metros que limita el reglamento. En el viraje realiza dos ondulatorios a la vez que las dos últimas brazadas antes de tocar la pared y seis bajo el agua al separarse de ella, durante el deslizamiento, alcanzando casi diez metros bajo el agua. En la llegada realiza once ondulatorios coordinados con las últimas brazadas, de manera que cada movimiento descendente de las piernas se coordina con el propulsivo final de la tracción del crol.

Aparte los récords, hay que agradecerle, como a su entrenador, que haya abierto una puerta a la investigación de nuevas técnicas precisamente en la prueba pensada para ello, la del estilo libre.