"La dirección de orquesta es una profesión para ricos"

A los 37 años se considera un crío en una profesión en la que le ha costado mucho sobrevivir: la dirección de orquesta. Procedente de una familia y de un pueblo de tradición de bandas de música -Foios-, Miquel Rodrigo Tamarit quiso dar un paso más allá en su atávica vocación musical. Se marchó hace ocho años a Holanda para convertirse en director de orquesta. Lo ha conseguido. Pregunta. ¿Hay mucho divismo en la dirección de orquesta?

Respuesta. Sí. Es un problema ruinoso para las obras de arte. Los directores no somos más que un instrumento de trabajo que usan 70 personas (los músicos) para ponerse de acuerdo. No me gusta que digan que compran un disco de Karajan, sino de Beethoven.

P. ¿Cuáles diría que son sus cualidades?

R. Técnicamente soy muy decente, pero sobre todo defiendo la partitura, al compositor por encima de todo, aunque suponga pasar por encima de la tradición. Esto me ha traído problemas.

P. ¿En qué sentido rompe con la tradición?

R. Por ejemplo tocando el tempo de una sinfonía de Beethoven tratando de respetar lo que está escrito. Los buenos compositores escriben con gran pulcritud. Tocar una obra para alcanzar su tempo adecuado requiere muchísimo sacrificio.

P. ¿Cuándo decidió dedicarse a esto?

R. Siempre. En el 92 me fui a Holanda. Tenía el 98% de posibilidades de que saliera mal, pero eso lo sé ahora. Tienes que trabajar muchísimo, pero es una vida de cuchillos largos. No es suficiente con ser bueno y con ganar competiciones. Tienes que tener un buen agente. Yo no lo tengo desde hace cinco años porque me estaba reventando y, cuando me lo dejé, se me cerraron todas las puertas. Las depresiones están al orden del día. Es una profesión para ricos.

P. En su vocación, la familia fue decisiva.

R. Para mí era difícil no haber sido músico. Mi madre era pianista y mi padre, en 1962 acudía al Liceo de Barcelona para ver óperas. Tenían una mentalidad más allá del mundo de las bandas, comenzaron a hablarme de los directores de orquesta.

P. ¿La música española en qué posición está en el escalafón mundial?

R. Deben pasar cinco o 10 años para situar a España. Inglaterra, Alemania, Estados Unidos y Viena establecen las diferencias.

P. ¿Cuál es su director preferido?

R. Me gustan los ojos de Zubin Metha, que tiene un dominio hipnótico de la orquesta; la mano izquierda de Carlos Kleiber, algunos detalles de Günter Schüller, ...