Los jóvenes españoles despiertan la admiración y toman al asalto los 'rankings' Por primera vez, hay más españoles que italianos menores de 27 años entre los 100 mejores

La última semana del Tour fue una continua procesión de periodistas extranjeros, franceses en su mayoría, hacia los directores de los equipos españoles. Todos, con un papel en la mano (la clasificación del día) la misma pregunta en los labios: ¿Cuál es el secreto? ¿Por qué hay ciclistas españoles por todos los lados? ¿Qué pasa aquí?La mayoría de los preguntones entra directo, sin segundas, con admiración pura. Admiración entre los vecinos. Es una sensación que despierta el ciclismo español desde hace unos meses. Casi se podría decir la fecha con exactitud de minutos (y el lugar): la media tarde del 10 de octubre de 1999 (en Verona). Óscar Freire, el ciclista más desconocido del mundo, ganó el Mundial. Después del efecto sorpresa, después de los análisis apresurados, la confirmación: no sólo Óscar Freire era un grandísimo corredor (desconocido, sí), sino que era la punta de lanza de una masa innumerable de ciclistas españoles (también desconocidos) que iban a tomar el mundo al asalto. Hasta llegar al Tour.

Antes del Tour que ha revelado a los no aficionados la extensión de la renovación, los seguidores del ciclismo ya hablaban de año dorado, de diluvio de victorias (en lo que va de año, contando con la de Miguel Suárez ayer en la primera etapa de la Vuelta a Portugal, los corredores españoles han ganado ya 74 carreras), y, sobre todo, hablaban de jóvenes casi desconocidos llegados para empujar con fuerza y hacia afuera a las generaciones anteriores.

Hablaban los expertos de los detalles alentadores de los jóvenes que luego han triunfado en el Tour (Beloki, Heras, Mancebo, Otxoa, Cañada), y hablaban de los detalles de los que no han estado en el Tour pero dentro de nada protagonizarán la Vuelta: Zubeldia, Igor Galdeano, Alberto Martínez, Unai Osa...Como para confirmar las buenas palabras, ayer publicó la UCI sus rankings actualizados tras el Tour. Sigue líder el de antes, el italiano Francesco casagrande, Ullrich asciende al segundo lugar, Zabel baja al tercero, y, paradoja de las clasificaciones establecidas por ordenador, Armstrong desciende dos plazas y baja de la cuarta a la sexta. El primer español es Olano, décimo.Hasta ahí, casi normal, pero si se analiza más en detenimiento el ranking, que contabiliza los méritos de 1.893 ciclistas profesionales (241 de ellos, italianos; 147, franceses, y 143 españoles9, se puede llegar a un número especialmente alentador.

Entre los 100 mejores, a 37 se les puede considerar jóvenes, menores de 27 años. De esos 37, 11 son españoles (Heras, Igor, Freire, Beloki, Rubiera, Zubeldia, Mancebo, Blanco, Cañada, Etxebarria y Aitor Osa), la nacionalidad más representada; 10 son italianos. ¿Franceses? Franceses no hay ninguno. (Hace justo un año, tras el Tour 99, había 12 italianos, seis españoles y un francés). Y si bajamos la edad a 25, más hispanismo: cuatro españoles (Freire, Zubeldia, Mancebo y Cañada), dos italianos (Di Luca, Figueras).

A los periodistas franceses, los directores españoles les respondían que la clave estaba en el buen trabajo con la base, en el cuidado que se pone en los equipos amateurs para buscar más la maduración física del ciclista antes que el éxito instantáneo, en lo bien organizados que están los equipos. No era una forma de salir por la tangente. El domingo por la noche, al terminar el Tour, a Roger Legeay, director del equipo francés Crédit Agricole, le preguntaban por la crisis del ciclismo francés. "Ah", dijo Legeay. "Es que los equipos españoles nos están enseñando cómo hay que trabajar con la cantera y los jóvenes".