Nace en Barcelona el primer centro español de investigación genómica

El científico Miguel Beato dirigirá el instituto creado por la Generalitat y la Pompeu Fabra

Con la meta de llegar a ser "referencia internacional", nació ayer en Barcelona el Centro de Regulación Genómica, primero de su tipo en España. Su director será el científico Miguel Beato, y trabajará en bioinformática, oncología, biología del desarrollo y expresión génica. Surge de la colaboración entre la Generalitat y la Universidad Pompeu Fabra, cuyo rector, Enric Argullol, asistió al acto.

Los primeros grupos de trabajo se constituirán a partir de septiembre y se espera que sea plenamente operativo en 2003. El primer equipo en incorporarse será el de bioinformática, adscrito en la ...

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Con la meta de llegar a ser "referencia internacional", nació ayer en Barcelona el Centro de Regulación Genómica, primero de su tipo en España. Su director será el científico Miguel Beato, y trabajará en bioinformática, oncología, biología del desarrollo y expresión génica. Surge de la colaboración entre la Generalitat y la Universidad Pompeu Fabra, cuyo rector, Enric Argullol, asistió al acto.

Los primeros grupos de trabajo se constituirán a partir de septiembre y se espera que sea plenamente operativo en 2003. El primer equipo en incorporarse será el de bioinformática, adscrito en la actualidad al Instituto Municipal de Investigaciones Médicas de Barcelona (IMIMB). Este grupo desarrolla aplicaciones informáticas basadas en el conocimiento del genoma humano, como programas predictores de genes, y se espera potenciarlo con el "fichaje de una figura internacional", según avanzó Beato, que tiene varios candidatos, aunque se negó a dar nombres.Con quien las negociaciones parecen más avanzadas es con Manuel Perucho. Beato espera incorporar al prestigioso científico -actualmente en EE UU- el próximo año con la idea de iniciar una línea de investigación propia basada en el conocimiento de las bases moleculares y genéticas que rigen la aparición y el desarrollo de tumores. Esta línea, con la que dirige el propio Beato en la Universidad Philipps de Marburgo (Alemania) sobre expresión génica, permitiría dar un fuerte impulso al conocimiento de los mecanismos celulares que propician el desarrollo de diversas formas de cáncer, además de otras enfermedades de origen genético.

El centro negocia también la incorporación de Juan Carlos Izpisúa Belmonte, considerado uno de los mejores expertos mundiales en biología del desarrollo y que actualmente trabaja en el Instituto Salk de California. La contratación de Izpisúa permitiría, según Beato, profundizar en el conocimiento de los mecanismos genéticos que se activan durante el desarrollo embrionario y que determinan la formación del organismo. Por contra, las negociaciones con Xavier Estivill, considerado como uno de los mejores expertos españoles en genética médica, parecen estancadas, aunque no se descarta su futura incorporación.

La puesta en marcha de los distintos grupos de investigación del Centro de Regulación Genómica, destacó Andreu Mas-Colell, consejero de Universidades, Investigación y Sociedad de la Información (DURSI), deben convertirlo en "referencia mundial". Para ello, sus responsables han diseñado un modelo de corte cooperativo que pretende compartir edificios, equipamientos e incluso recursos humanos con otros centros de investigación. "Las máquinas caras deben compartirse", indicó. En este esquema, los investigadores -entre 150 y 200 cuando esté a pleno funcionamiento- "no serán de plantilla", sino contratados en función de los proyectos que se pongan en marcha. Del mismo modo, el modelo plantea el crecimiento del centro de forma paulatina. "Preferimos un proyecto ambicioso que crezca lentamente antes que un gigante que luego se deba reducir", dijo Mas-Colell.

La inversión prevista para el primer año es de 100 millones de pesetas, indicó Beato, y debe alcanzar los 500 millones por año en 2003. La cantidad presupuestada, explicó, es "suficiente" para financiar grupos de calidad y para generar fondos procedentes de proyectos europeos y de colaboraciones con el sector industrial. El objetivo es que el presupuesto público pueda verse incrementado con inversiones privadas procedentes, sobre todo, del ámbito de las grandes empresas farmacéuticas.

Asimismo, se espera poder obtener recursos como fruto de la transferencia de tecnología, en especial del diseño de micro-arrays y biochips para diagnóstico, así como de desarrollos bioinformáticos específicos.

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