Bélgica pone bajo vigilancia 200 granjas por un nuevo caso de intoxicación

El ministro belga de Agricultura, Jaak Gabriels, ha ordenado una investigación judicial por el descubrimiento de altos niveles de bifenilos policlorinados tóxicos en alimentos para el ganado fabricados por una empresa en la localidad de Feluy.Más de 200 granjas han sido colocadas bajo vigilancia como consecuencia del descubrimiento del tóxico en una muestra tomada en la empresa Bauduin-Cambier. Según informaciones oficiales, 15 análisis anteriores habían resultado negativos. La Comisión Europea ha sido informada.

El pasado sábado el Gobierno alertó a la población para que no consumiera ...

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El ministro belga de Agricultura, Jaak Gabriels, ha ordenado una investigación judicial por el descubrimiento de altos niveles de bifenilos policlorinados tóxicos en alimentos para el ganado fabricados por una empresa en la localidad de Feluy.Más de 200 granjas han sido colocadas bajo vigilancia como consecuencia del descubrimiento del tóxico en una muestra tomada en la empresa Bauduin-Cambier. Según informaciones oficiales, 15 análisis anteriores habían resultado negativos. La Comisión Europea ha sido informada.

El pasado sábado el Gobierno alertó a la población para que no consumiera productos fabricados por esa firma y los destruyese para que no alcanzasen la cadena alimentaria.

El propietario de la firma implicada, Alain Bauduin, dijo en una primera impresión que creía que la contaminación podría haber sido producida por la acción de insecticida sobre el grano utilizado para alimentar al ganado. Pero el sábado por la noche admitió que no podía excluir la presencia de bifenilos policlorinados tóxicos. Añadió que el potencial problema afecta únicamente a alimentos posteriores al 20 de abril.

Los laboratorios del Gobierno analizan otras muestras procedentes de clientes de la empresa en las regiones de Valonia y Flandes. Los resultados no se harán públicos hasta mañana, como pronto.

El último escándalo de alimentación animal tuvo lugar el pasado año y desencadenó la llamada crisis de las dioxinas: estos compuestos cancerígenos se incorporaron a la cadena alimentaria a través de piensos elaborados con grasas contaminadas.

Entonces se precintaron establecimientos comerciales en todo el país y los Gobiernos vecinos decretaron un embargo de productos alimenticios belgas.

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