Los vivos no pueden estar muertos

Precisamente eso es lo que quiere hacer el Gobierno uruguayo. Que los desaparecidos y secuestrados durante la dictadura militar se den por muertos. Hacer borrón y cuenta nueva de una manera un tanto especial.Pero es que da la casualidad de que algunas, muchas o pocas, de esas personas que se quieren

enterrar están vivas. Me parece cuanto menos una situación patética. No sé cómo se sentirá una madre o una abuela cuando reciba disculpas, dinero y todos los gestos posibles para aplacar la pérdida de un ser querido, cuando sabe que quizá ese familiar vive con otra familia, ignorante de su o...

Precisamente eso es lo que quiere hacer el Gobierno uruguayo. Que los desaparecidos y secuestrados durante la dictadura militar se den por muertos. Hacer borrón y cuenta nueva de una manera un tanto especial.Pero es que da la casualidad de que algunas, muchas o pocas, de esas personas que se quieren

enterrar están vivas. Me parece cuanto menos una situación patética. No sé cómo se sentirá una madre o una abuela cuando reciba disculpas, dinero y todos los gestos posibles para aplacar la pérdida de un ser querido, cuando sabe que quizá ese familiar vive con otra familia, ignorante de su origen.

La Operación Cóndor fue una barbaridad, un ultraje, una salvajada. Una madre, cuyo hijo le fue robado en lo peor de la dictadura militar, puede tener más que sospechas de que su hijo no está muerto, y que quizá es ese joven que juega en el parque, al que le saca tanto parecido, y cuyo padre fue coronel o jefe de policía del régimen. No se puede enterrar a los vivos.

Entiendo ese afán por pasar página y olvidar unos años muy negros, donde reinaba el terror y los niños iban de aquí para allá, al calor de una nueva familia de adeptos a los militares que no podía tener hijos. Pero, por mucho que se empeñen, hay quien no querrá correr ese velo, porque sigue buscando, porque sabe que su hijo, su nieta, vive y quizá quiera conocer su pasado.-