Checa se confirma

En sólo dos carreras, Carlos Checa (Yamaha) se ha convertido en el hombre del momento para la familia española en el Mundial de motociclismo. Convertida en ley la vieja afirmación de que un piloto vale tanto como su último resultado, el explosivo arranque que el muchacho de Sant Fruitós de Bages ha tenido en el año 2000 le convierte ahora mismo en el número uno, por delante incluso de los campeones Àlex Crivillé y Emilio Alzamora. Checa quedó ayer segundo en Sepang, igual que hizo en el estreno en Suráfrica, y se consolida como un valor seguro y, aunque sea muy pronto aún, como un candidato al campeonato. En una carrera que la lluvia interrumpió, sólo el estadounidense Kenny Roberts (Suzuki) pudo superarle.Checa se ha rebelado este año contra la mala suerte y las continuas caídas que le persiguieron en la temporada pasada. En dos grandes premios ha robado el protagonismo que en 1999 merecieron Crivillé y Alzamora. El aumento de su confianza ha crecido proporcionalmente a los progresos en el rendimiento de su moto, mucho más adaptada a su estilo de pilotaje tras los cambios que exigió este invierno a los técnicos de Yamaha.

"La gran diferencia es mental", dijo ayer para explicar su excelente prestación, "pero a la vez técnica. Si la moto va bien, tú vas bien, y así sucesivamente. Esa es la razón de estos resultados, de que mis arranques sean mucho mejores, de que no me caiga. Justo lo contrario que el año pasado. Como no tenía confianza en la moto, no salía bien y me caía con frecuencia. Creo que el trabajo de pretemporada está dando sus frutos, aunque aún nos faltan cosas por mejorar".

Por lo pronto, Checa será recibido el miércoles en la fábrica Yamaha por los jefes de la marca como la promesa más firme de que este año pueden romper, por fin, la hegemonía que Honda tiene en 500cc desde 1993. El piloto catalán, que tras la carrera de ayer en Malaisia ocupa el segundo lugar de la clasificación del Mundial, compartirá protagonismo con el sorprendente líder del campeonato, el australiano Garry McCoy, también de Yamaha, que ayer fue tercero y aventaja a Checa por sólo un punto. Sin embargo, en las dos carreras disputadas, Carlos ha batido claramente al teórico número uno del equipo, el italiano Max Biaggi.

"Ya firmaría cada semana por terminar segundo", exclamó Checa ayer al bajar del cajón. En Sepang, su éxito se cimentó en un arranque perfecto, que le permitió encabezar la carrera durante las primeras siete vueltas. Su tirón inicial le ahorró la inmisericorde pelea que se vivió en el pelotón, y que causó tres víctimas ilustres entre los favoritos. En la primera vuelta se cayeron juntos Crivillé y el pupilo de Sito Pons, Loris Capirossi (Honda), causante del accidente. Más tarde fue Valentino Rossi (Honda), demasiado fogoso, quien fue por los suelos.

Checa no supo nada de la lucha hasta que sintió en su espalda el aliento de Roberts. El estadounidense había salido mal y había esquivado por centímetros a Crivillé tras la caída de éste. Después, remontó hasta cazar al líder español con relativa comodidad, pues era capaz de rodar medio segundo más rápido. También le pasó fácilmente y abrió un pequeño hueco que fue suficiente porque pocas vueltas más tarde la carrera se interrumpió al empezar a llover.

Se habían cubierto 15 vueltas de las 21 programas, es decir, más de las dos terceras partes que define el reglamento para que el resultado se dé como definitivo y no haya una segunda manga. Roberts levantó el brazo para avisar de que caían gotas, y aunque Checa se sorprendió, también se detuvo, y lo mismo hicieron los demás pilotos. Allí se acabó la carrera y se estableció la clasificación.

Roberts repitió triunfo en Malaisia, igual que el año pasado, y también Checa repitió su segunda posición de 1999. El tercero fue McCoy, y la primera Honda, la de Tadayuki Okada, finalizó en sexta posición. De los españoles, Sete Gibernau fue 7º, José Luis Cardoso, 13º, y David de Gea, 14º.