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Jordan anuncia que deja la publicidad, que en 1999 le reportó 6.500 millones

Michael Jordan, el mejor baloncestista de todos los tiempos y para algunos el mejor deportista de la historia, ha vuelto a hacer de número uno. Ahora se ha convertido en la primera estrella del deporte que adelanta que deja de anunciar productos, en su caso un amplio abanico que va de la ropa interior a las llamadas telefónicas pasando por los cereales o los perfumes. Ese patrocinio le reportó, sólo el año pasado, del orden de 40 millones de dólares (más de 6.500 millones de pesetas). "Esa época ya ha pasado para mí", dice Jordan para explicar esta otra retirada.Jordan no suele conceder entrevistas, pero ha accedido a hablar con un columnista del Chicago Sun-Times. "Estoy dejando por completo esto de los anuncios", dice Jordan. La explicación es sencilla: "Los anuncios son buenos durante un tiempo. Te dan personalidad, mucha credibilidad. Ahora ya tengo un nombre".

La primera reacción de las compañías ha sido transmitir tranquilidad. El más importante anunciante deportivo del siglo va a seguir saliendo en televisión. Y durante muchos años. Su contrato con MCI (una compañía de telefonía) no expira hasta 2006, fecha en la que se cree que también concluye otro con un fabricante de pilas. "Su agente nos ha dicho que va a cumplir su contrato", señaló una portavoz de Hanes, la marca de ropa interior que Jordan avala desde 1989. Gatorade, la bebida refrescante, tiene Jordan hasta 2001, pero ya ha iniciado la transición y se anuncia con Vince Carter, el malabarista de los Raptors de Toronto. Nike, el gigante del equipamiento deportivo, piensa seguir trabajando con Jordan. "Para nosotros, nada ha cambiado", dice Pamela Neferkara, directora de marketing de Jordan Brand, la división de Nike en la que el jugador participa también como diseñador.

La revista Fortune atribuyó el año pasado a Jordan una fortuna de 357 millones de dólares (cerca de 60.000 millones de pesetas) y Forbes le asignaba unos ingresos anuales de 69 millones. El antiguo jugador quiere dedicarse ahora a sus negocios, uno de los cuales es el equipo de los Wizards, donde en enero invirtió unos 20 millones de dólares por una participación del 10%, además de tomar la responsabilidad de dirigir la parte deportiva del negocio, por el momento sin éxito: los Wizards son el cuarto equipo con peor porcentaje de toda la NBA. Los Wizards no son material de anuncio, pero sí lo es la sociedad de venta de productos deportivos por Internet (mvp.com) que Jordan ha formado con otras dos estrellas recién retiradas: el jugador de fútbol John Elway y el de hockey Wayne Gretzky.

Jordan dejó las pistas hace algo más de un año y su retirada ha tenido un efecto devastador en la comercialización de la NBA. Su ausencia ha reducido hasta un 20% el número de espectadores que sigue los partidos, unos 700.000 hogares menos que cuando Jordan volaba hacia la canasta. La NBA anda a la desesperada buscando la figura talismán que ocupe el vacío dejado por Su Majestad el Aire. Jordan nota que ahora "se vive una nueva era", más forzada y artificial. "Intentan crear estrellas. Cuando yo jugaba eso no se hacía. No se creaba un Magic Johnson o un Larry Bird. Ellos se creaban a sí mismos". No le gusta esa mercadotecnia, que convierte en fenómenos a jugadores que apenas han dejado el instituto. "Ahora, a los deportistas se les atribuye éxito antes de que sorprendan a nadie. Cuando yo aparecí, nadie me conocía. Tenía que demostrar quién era".

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