La verdad sobre Chile

Gracias a un potente toque de atención dado por el presidente Clinton, se está levantando el secreto que cubría desde hace años al papel que jugó Washington en las convulsiones sufridas por Chile en 1973. El panorama dibujado en varios pasajes de unos documentos del Departamento de Estado recientemente revelados es muy preocupante. Ya ha quedado claro que el Gobierno de EE UU sabía mucho más sobre la desaparición de dos conciudadanos de lo que entonces reconoció. (...) Su peripecia fue dramatizada por Costa-Gavras en su película Missing. Los documentos recientemente conocidos revelan cómo los ...

Gracias a un potente toque de atención dado por el presidente Clinton, se está levantando el secreto que cubría desde hace años al papel que jugó Washington en las convulsiones sufridas por Chile en 1973. El panorama dibujado en varios pasajes de unos documentos del Departamento de Estado recientemente revelados es muy preocupante. Ya ha quedado claro que el Gobierno de EE UU sabía mucho más sobre la desaparición de dos conciudadanos de lo que entonces reconoció. (...) Su peripecia fue dramatizada por Costa-Gavras en su película Missing. Los documentos recientemente conocidos revelan cómo los investigadores norteamericanos llegaron a la conclusión, casi de forma inmediata, de que fueron asesinados por el nuevo Gobierno de Pinochet. Yendo más allá, inferían que dicho Gobierno no hubiera procedido como lo hizo sin tener alguna muestra de aquiescencia de los servicios de inteligencia norteamericanos. Estos datos terribles no se hicieron públicos al tiempo que otros párrafos de los mismos documentos, desclasificados selectivamente en 1980. Se alegaron consideraciones de seguridad nacional, (...) pero el razonamiento fue falaz y un fraude de ley.Clinton (...) pidió a las agencias federales que buscaran en sus archivos información sobre violaciones de los derechos humanos y terrorismo en Chile en el periodo comprendido entre los años 1968 y 1978. Lo hizo tras la detención en Londres de Pinochet en 1998. (...) Es hora de que la CIA y el Pentágono cumplan la orden y exhiban la misma transparencia de que ha hecho gala Madeleine Albright.

Nueva York, 16 de febrero