47º FESTIVAL DE SAN SEBASTIÁN

"Las mujeres no somos unas sentimentales"

La actriz norteamericana Sigourney Weaver presenta su película 'Un mapa del mundo'

Es fácil imaginar a Sigourney Weaver caminando por la Quinta Avenida de Nueva York, la ciudad donde nació hace 49 años y donde hoy vive con su marido y con su única hija. Quiera o no, mira por encima del hombro. Es altísima y elegante, pero su frialdad es tan perfecta que resulta extrañamente acogedora. Todo el mundo la ve como a una mujer dura (algo debe quedar tras ser durante una década la teniente Ripley), pero ella asegura que no lo es, aunque cuando habla de los papeles que se escriben para las actrices afirma: "Se abusa de los personajes sentimentales para las mujeres; una mujer también...

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Es fácil imaginar a Sigourney Weaver caminando por la Quinta Avenida de Nueva York, la ciudad donde nació hace 49 años y donde hoy vive con su marido y con su única hija. Quiera o no, mira por encima del hombro. Es altísima y elegante, pero su frialdad es tan perfecta que resulta extrañamente acogedora. Todo el mundo la ve como a una mujer dura (algo debe quedar tras ser durante una década la teniente Ripley), pero ella asegura que no lo es, aunque cuando habla de los papeles que se escriben para las actrices afirma: "Se abusa de los personajes sentimentales para las mujeres; una mujer también es una persona con ironía, humor, malhumor y defectos. Las mujeres no somos sólo unas sentimentales".La actriz presentó ayer en la sección oficial de San Sebastián su película Un mapa del mundo. Hace 15 años, Weaver presentó en el mismo festival Alien, la película de Ridley Scott que la convirtió en una estrella y en una de las actrices mejor pagadas de Hollywood. "Entonces vine aquí con mis padres, era la primera vez que estaba en un festival. Fue aquí donde vi por primera vez Alien, fue muy excitante. Hoy, lógicamente, todo es muy diferente, esta película es más personal y el papel es quizá el más complicado de mi carrera. Estoy profundamente satisfecha de este trabajo, es la verdad".

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Hija del que fuera presidente de la NBC y de una actriz británica, Sigourney Weaver decidió que quería ser actriz a los 15 años, se cambió su nombre de pila (Susan Alexandra) por el de uno de los personajes de El Gran Gatsby y se empeñó en estudiar teatro clásico. Es ahora cuando la actriz cree que se acerca su mejor momento como intérprete. "No sé si es porque con la edad soy mejor actriz o porque existen más personajes interesantes para las mujeres maduras, pero la realidad es que los papeles que me ofrecen son cada vez mejores".

Drama

En Un mapa del mundo Sigourney Weaver interpreta a una madre, enfermera de un colegio, que es acusada de maltrato y abuso de menores. Un drama que se desencadena tras la muerte en el estanque de su casa de la hija de su vecina y amiga. La dura relación entre ambas mujeres (que se quieren pero que saben que jamás podrán volver a estar juntas), la relación con su marido y con sus dos hijas y el viaje catártico a la cárcel ("aunque es inocente de los abusos que le atribuyen, ella quiere ir a la cárcel porque se siente culpable de la muerte de la hija de su amiga") centran el filme. "Es un retrato ajustado de lo que es el matrimonio y de lo que es una mujer, de lo que es una familia de clase media americana", explica la actriz.

Un drama que, según la actriz, "tiene mucho humor". "Ella es una mujer torpe, una bocazas que mete la pata y que no cae muy bien. Es un personaje que podría estar entre Bergman y Woody Allen. Nunca resulta totalmente inocente porque no cae bien, pero es que las personas son así, tienen defectos".

Sigourney Weaver viaja con su marido, el director de teatro Jim Thompson, con su maquilladora y con su estilista. Entre la conferencia de prensa y las entrevistas personales se cambia de ropa, firma los autógrafos que le piden los adolescentes que se amontonan en las puertas del hotel María Cristina con una sonrisa encantadora. Es muy simpática, pero si no le gusta el traductor pide que lo cambien por otro que hable "más despacio". Cuentan que cuando Al Pacino la conoció no se incorporó para saludarla, y es que todo el mundo hace comentarios sobre su metro ochenta de estatura, una medida que la distancia de los demás y que, según ella, ha marcado su carrera. "Quizá por esto he interpretado a tantas mujeres solitarias".

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