La Junta prueba vides no autóctonas para diversificar la producción de vinos andaluces

Andalucía produce vinos generosos excelentes, pero su consumo se ha estancado. Por contra, la demanda de tintos y blancos de mesa -caldos que no se producen en la comunidad- va en aumento. Esta realidad ha llevado a la Junta a poner en marcha un programa para experimentar con variedades de uva no autóctonas que permitan diversificar la producción hacia vinos no tradicionales de la región. El objetivo no es sustituir los caldos existentes, sino ampliar la oferta. Los datos justifican la decisión de la Consejería de Agricultura: de los 1.827.686 hectolitros producidos en 1996 en la comunidad, s...

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Andalucía produce vinos generosos excelentes, pero su consumo se ha estancado. Por contra, la demanda de tintos y blancos de mesa -caldos que no se producen en la comunidad- va en aumento. Esta realidad ha llevado a la Junta a poner en marcha un programa para experimentar con variedades de uva no autóctonas que permitan diversificar la producción hacia vinos no tradicionales de la región. El objetivo no es sustituir los caldos existentes, sino ampliar la oferta. Los datos justifican la decisión de la Consejería de Agricultura: de los 1.827.686 hectolitros producidos en 1996 en la comunidad, sólo 26.351 eran de tinto y 46.842 de rosados y claretes. Los 1.754.493 hectolitros restantes correspondieron a vinos blancos. El programa comenzó en 1995 con la plantación de 20 variedades de vides procedentes de otras regiones de España y del mundo; diez destinadas a la elaboración de vinos tintos y otras tantas de blancos. Diecisiete campos de experimentación de regadío y secano se reparten por las zonas vitivinícolas de la comunidad: El Condado, Jerez, Montilla Moriles, Mollina, Torrox, La Alpujarra y Laujar de Andarax. La iniciativa -cuyo presupuesto ronda los 300 millones de pesetas- cuenta con la colaboración de agricultores y bodegas, que ponen el suelo y las instalaciones necesarias para el cultivo y la transformación de las uvas. Los primeros resultados son alentadores. La mitad de las variedades plantadas se ha adaptado bastante bien y ya se han obtenido los primeros caldos no tradicionales de la comunidad. "La conclusión es que es factible elaborar tintos y blancos de calidad en Andalucía", sostiene Luis Gázquez, director general de Producción Agraria. La Junta no pretende meterse a elaborar vinos. Su meta con este programa -que se prolonga hasta el año 2005- es probar si la producción de tintos y blancos de mesa con variedades de fuera de la comunidad es viable. "A tenor de los primeros resultados, lo es; pero será el sector el que tendrá que asumir el reto", explica. Hace 15 años, la comunidad tenía 100.000 hectáreas de vides para vinificación. En la actualidad, esa cifra ha descendido a 41.000 hectáreas. Los vinos generosos andaluces se exportan al Reino Unido, los Países Bajos y Alemania. En 1998 las exportaciones sumaron 30.241 millones de pesetas y 86.600 toneladas.

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