El Barça se redime ante el Rayo Vallecano, que perdió el liderato

El Barça no arroja la toalla. El colista frenó su crisis de malos resultados y atisbó una luz de esperanza en el intento de salvar la categoría. Sorprendió al Rayo que llegó al Mini Estadi dispuesto a conservar el liderato recién estrenado. No lo consiguió. El Rayo, un equipo curtido y con oficio, pecó de soberbia ante un rival inocente pero con una incuestionable calidad técnica. La ingenuidad le pudo al oficio. El Rayo perdonó demasiado y acabó acorralado tras el solitario tanto de Luis. Un equipo que presume de líder no puede dejar que el rival lleve la iniciativa. Y más cuando se enfrenta al colista. La superioridad la tiene que demostrar desde el inicio del partido. Ese fue el error del Rayo. Dejó la iniciativa al Barça que aprovechó la desidia de los vallecanos para imponer su juego corto y adueñarse del balón. El juego en los primeros minutos fue rápido. Los azulgranas tenían el cuero pero la pegada pertenecía al Rayo cuando se lo proponía. Pese al dominio del Barça, fue, Felip, quien salvó a su equipo de ser finiquitado en el primer acto, con dos acciones de Pablo Sanz y Muñiz. Ni el gol anulado al Rayo, en un claro error del colegiado, dio garra al equipo de Juande Ramos, muy conservador en el planteamiento táctico.

Oficio y veteranía

El Barça no se amilanó y siguió con el toque tras el descanso. El Rayo, tras estudiar demasiado al rival, comenzó a imponer su oficio y veteranía. Lo hacía al contragolpe. Bolo pudo inaugurar el marcador pero Felip lo evitó en una buena jugada de Luis Cembranos. El ex jugador del Espanyol aporta un buen sabor técnico al Rayo.Parecía que el Rayo no tenía prisa en ganar el partido. Sus intenciones se torcieron cuando Mario se inventó un caño a Cota y un posterior pase hacia Luis que machacó a Lopetegui. El tanto azulgrana fue replicado al instante por Luis Cembranos que se encontró, una vez más, con Felip. El juego entró en un periodo de dureza ante el nerviosismo del Rayo. El Barça comenzó a funcionar en el área de definición y a los azulgranas correspondió la creación del mayor peligro del encuentro.

El Rayo acabó perdiendo el liderato y el Barça salió dichoso de una victoria que oxigenó el estado anímico de sus jugadores.