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Entrevista:

MANUEL GALIANA ACTOR "Hay gente tan bastarda en el teatro que da rabia hasta decirlo"

Su mirada tiene un poso de tristeza o amargura que refleja un interior personal "realista", como prefiere autodefinirse. A Manuel Galiana (Madrid, 1941) le sentó muy bien el Premio Nacional de Teatro obtenido en 1998 porque se lo esperaba -era lo "lógico", dice- tras una vida entregada a las artes escénicas. En su paso por Almería, donde ha tenido un encuentro con universitarios interesados por el mundo de la farándula, el veterano actor reflexionó sobre su experiencia profesional en voz alta. Galiana lloró en mitad de su plática a los estudiantes cuando confesó el momento en que decidió ser actor. Dos lagrimones delataron la fantástica forma en que le funciona el método, o quizá no sea cosa de Stanislavsky o Brecht, simplemente el modo con que un actor protagoniza la historia de su vida: con todos los sentidos. Pregunta. ¿Continúa el teatro en esa situación de eterna crisis y falta de público? Respuesta. En parte sí, y es debido a los programadores. Ellos no contratan obras. Si lo hicieran el público volvería a las butacas. Ahora se están haciendo cosas aficionadas, que están bien y están llenas de intenciones. Pero tenemos que conseguir que haya más oferta que demanda. P. ¿Sigue tan politizado como siempre se ha dicho? R. La gestión está politizada, no el teatro. A veces ni politizada, simplemente desinteresada. P. ¿Cuál es la mayor carencia hoy por hoy? R. Pues que debería haber más dinero. Pero sobre todo deberíamos estar más de acuerdo las gentes del teatro. No sé lo que nos separa. Hay gente tan bastarda que da rabia hasta decirlo. P. ¿Podría jugar la televisión como aliado del género? R. La televisión puede influir muy bien si tuviésemos una revista para hablar de teatro. Hace falta esa revista y nos hace falta la publicidad de televisión. Lo que no puede hacerse es emitir teatro por televisión y desde el escenario. Eso no funciona y sólo le perjudica. Es necesario adaptar lo primero al medio de masas. P. ¿No es un caldo de cultivo la televisión para el intrusismo? R. Pues sí. Goethe decía: "Me gustaría que el escenario tuviera la anchura de una cuerda floja para que solamente los verdaderamente capacitados pudieran atravesarla". Yo comparto la idea. Hay mucha gente que sin más historias se sube a la cuerda. P. ¿Cree en la autogestión privada más que en la pública? R. Es necesario que desde las instituciones se fomente el hábito hacia el teatro y creo en la gestión pública. Por otro lado, casi todos recurrimos a lo estatal, nadie se escapa. Ni siquiera las grandes compañías que presumen de privadas dejan de pillar algún pellizco o subvención.

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