Reportaje:

El Rocío y el Misterio de Elche como bien inmaterial

La Unesco no sólo ha abierto la veda a los paisajes industriales como gran novedad en los últimos años. Bienes tan dispares como fiestas, tradiciones o simplemente ruidos están llamados a desempolvar su documentación y a aspirar a una mención universal. Así ocurrió el año pasado con la plaza Xemáa el Fnaá de Marraquech, catalogada como Patriomio Oral de la Humanidad por su arte para congregar voces. Voces de vendedores, cuentistas, compradores, paseantes en esta ciudad marroquí. Este año, España ha propuesto en su Lista Indicativa "bienes inmateriales" como la romería andaluza del Rocío o el ...

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La Unesco no sólo ha abierto la veda a los paisajes industriales como gran novedad en los últimos años. Bienes tan dispares como fiestas, tradiciones o simplemente ruidos están llamados a desempolvar su documentación y a aspirar a una mención universal. Así ocurrió el año pasado con la plaza Xemáa el Fnaá de Marraquech, catalogada como Patriomio Oral de la Humanidad por su arte para congregar voces. Voces de vendedores, cuentistas, compradores, paseantes en esta ciudad marroquí. Este año, España ha propuesto en su Lista Indicativa "bienes inmateriales" como la romería andaluza del Rocío o el Misterio de Elche, y candidatos tan poco neolíticos como la ruta del comercio de la nieve (Valencia), el Camino de la lengua castellana o la Ruta del Vino y la cultura en los pueblos mediterráneos (éstos en La Rioja). Otras, como las representaciones teatrales de carácter popular o el arte efímero en el Corpus Christi (ambas en Castilla-La Mancha) están sobre la mesa, aunque menos adelantadas.Aunque el hecho de figurar en la lista de propuestas no garantiza el podio inmediato entre los grandes (de las 70 propuestas españolas para los próximos años, España sólo ha conseguido este año las declaraciones de Alcalá de Henares, del centro histórico de Oviedo y del arte rupestre mediterráneo como Patrimonio de la Humanidad), sí supone un seguimiento por parte de la Unesco para los próximos diez años.

En el plano industrial, los altos hornos de Völklingen (Alemania), la fábrica textil de Verla (Finlandia) y una cuenca industrial de Milán han recibido la distinción en los últimos años.

Lo único que figura ahora en contra de España es que, hasta el año pasado, en que fue superada por Italia, era la que aglutinaba un mayor número. Hoy, sin embargo, el criterio es abrirse también a países en desarrollo que históricamente han quedado atrás. "La Unesco es exigente, pero no exclusiva. El objetivo no es crear un club de unos pocos, sino conservar y difundir el patrimonio de la humanidad", concluye Carlos Spottorno.

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