Alberto desequilibra el duelo de modestos
El Villarreal se impone al Alavés en el Madrigal
Los malos augurios que se presagiaban se hicieron realidad en parte. El Madrigal acogió a dos equipos que tratan de sobrevivir en Primera a base de presión, centrocampismo y especulación. Con estas premisas, las individualidades debían decidir y así sucedió : la balanza cayó del lado del Villarreal, que cuenta con jugadores intermitentes, pero capaces de inventar en la nada.Uno de ellos es el rumano Craioveanu, el hombre de las dos caras. Una apática cuando actúa como visitante; y otra dicharachera cuando juega en el Madrigal. Aunque ayer no fue el principal actor Craioveanu, sino el sevillano Alberto, que actuó con descaro, picardía y con la virtud de hacer fácil lo que se antoja difícil. Suyo fue el primer gol que desperezó el partido y que revitalizó al Villarreal.
VILLARREAL 2
ALAVÉS 0Villarreal: Palop; Pascual, Robert, Tasevski; Gerardo, Díaz, Albelda, Arregui, Alfaro (Alberto, m. 34); Craioveanu (García Sanjuán, m. 77) y Moisés. Alavés: Kike; Alfonso (Magno, m. 57), Karmona, Berruet, Ibon Begoña; Gañan (Rocha, m. 46), Pablo (Morales, m. 75), Desio, Azkoitia, Sivori; Canabal. Goles: 1-0. M. 43. Alberto recoge un balón suelto al borde del área y lo cruza lejos del alcance de Kike. 2-0. M. 67. Gerardo bate a Kike de tiro cruzado. Árbitro: Esquinas Torres. Amonestó a Moisés, Azkoitia, Berruet y Pablo. Unos 14.000 espectadores en el Madrigal.
El Alavés de Mané sufrió en demasía la ausencia de Gerard en la sala de máquinas. Sin él, los vitorianos fueron fieles al ancestral sello del fútbol vasco: mucho esfuerzo y un juego simple y directo. En el minuto 34, el contratiempo de la lesión de Alfaro se convirtió en una bendición para el conjunto de Irulegui. Alberto entró en el terreno de juego y cambió el fútbol y el resultado.
El jugador sevillano fabricó un gol de una jugada que no entrañaba excesivo peligro. Con delicadeza, recogió un balón suelto al borde del área y cruzó el esférico lejos del alcance de Kike. Mané, con sus continuas variaciones de sistema, acabó por desconcertar a sus jugadores. Y el Villarreal esperó y lanzó contragolpes. En uno de ellos, llegó el gol de Gerardo.
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