La Iglesia chilena pide el esclarecimiento de los casos de desaparecidos

Los obispos chilenos hablaron ayer por primera vez con una sola voz sobre la crisis desencadenada a raíz de la detención del ex general Augusto Pinochet, y lo hicieron refiriéndose claramente a las violaciones de derechos humanos durante la dictadura: apoyo a la búsqueda de los desaparecidos y ofrecimiento de colaboración "a quienes puedan dar información" sobre el paradero de las víctimas, es el mensaje de la cúpula eclesiástica.

La asamblea general de la Conferencia Episcopal de Chile, reunida en el balneario de Punto de Tralca (al este de Santiago), difundió un documento bajo el títu...

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Los obispos chilenos hablaron ayer por primera vez con una sola voz sobre la crisis desencadenada a raíz de la detención del ex general Augusto Pinochet, y lo hicieron refiriéndose claramente a las violaciones de derechos humanos durante la dictadura: apoyo a la búsqueda de los desaparecidos y ofrecimiento de colaboración "a quienes puedan dar información" sobre el paradero de las víctimas, es el mensaje de la cúpula eclesiástica.

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La asamblea general de la Conferencia Episcopal de Chile, reunida en el balneario de Punto de Tralca (al este de Santiago), difundió un documento bajo el título Esperanza y reconciliación en el que, entre otras cosas, recuerda que "hay una situación especialmente dolorosa: la de los detenidos-desaparecidos. Aún cuando muchos casos no podrán ser resueltos, apoyamos las iniciativas que puedan conducir al encuentro de los restos de esos hermanos nuestros, llevando así consuelo a sus familiares".El cónclave designó a monseñor Francisco Javier Errázuriz, obispo de Santiago, como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal, en sustitución de Fernando Ariztía, obispo de Copiapó. El documento de la jerarquía eclesiástica menciona también que "la verdad y la justicia no bastan para alcanzar la reconciliación, también es necesario perdonar. El perdón ofrecido por Dios y el perdón que el Evangelio nos pide ofrecer a los semejantes va más allá de lo que se nos debe o de lo que nosotros debemos. Es un ofrecimiento gratuito fruto del amor. Esta novedad es buena noticia, que lleva a la paz verdadera y duradera". Parlamentarios de la Concertación, como la socialista Fany Pollarolo, recordaron que el mensaje de los obispos "está dirigido a los victimarios, porque las víctimas ya han mostrado una gran generosidad".

Hasta la fecha, el general Pinochet nunca ha dado la más mínima muestra de arrepentimiento o de pedir perdón por los abusos cometidos por el régimen que presidió. La palabra perdón la utilizó por primera vez el martes pasado en una conversación que mantuvo con un periodista chileno en el hospital londinense. "Yo he perdonando a todos los que eran mis adversarios. Por favor, dígales que he perdonado total y plenamente", fueron las palabras del detenido reproducidas por el reportero.

La jerarquía de la Iglesia, con gran predicamento en Chile, recuerda que "al poder judicial han llegado numerosas denuncias de violaciones a los derechos elementales de las personas", y valora "los esfuerzos hechos por los jueces, que han tratado de esclarecer los delitos y sancionar a los culpables". Sin embargo, los obispos subrayan que para el proceso de transición es importante que "al menos los casos más significativos sean cabalmente juzgados y esclarecidos".

"Por eso pedimos que se proporcione a los tribunales de justicia toda la colaboración que necesiten, para que estos lleven a cabo todas las diligencias posibles". Fuera del documento, los obispos aludieron a varios casos no amparados por la ley de amnistía de 1978, como el del sindicalista Tucapel Jiménez, asesinado el 25 de febrero de 1982, después de lanzar un llamamiento en favor de una organización sindical única de oposición al régimen de Pinochet.

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