La sala Muntaner presenta "Torito bravo", con música de Jaume Sisa
Desde antiguo, los comportamientos de los animales han servido para ilustrar las conductas humanas. Esopo y otros grandes fabulistas fueron maestros en este arte. Y éste es también el recurso utilizado por los componentes de la compañía teatral vasca Txirene, cuyo espectáculo Torito bravo se representa hasta el 15 de noviembre en la Sala Muntaner de Barcelona. En la obra, con un humor que no eclipsa cierta amargura, dos toros reflexionan sobre los grandes temas que preocupan al hombre. El espectáculo, con música de Jaume Sisa, ha sido distinguido este año con un premio Max a la mejor composición musical. Txirene está integrada por Lander Iglesias, Aitor Mazo y Patxo Telleria. La compañía les sirve para ensayar propuestas arriesgadas, nuevos lenguajes, al margen del teatro más comercial, al que se dedican al margen de la compañía. "Txirene es un refugio para cultivar la artesanía teatral que nos da la savia", afirma Lander Iglesias, que firma el espacio escénico y la dirección del espectáculo. Los protagonistas de Torito bravo son Percatao (Mazo), un astado viejo y que conoce bien las alegrías y sinsabores de la vida, y Lunero (Telleria), un toro joven y optimista al que aún le faltan muchas cosas por aprender. Es un diálogo tragicómico, "que huye del retablo andalucista porque no estamos haciendo una obra sobre tauromaquia", apunta Mazo, el más veterano, que servirá de guía en el viaje iniciático de Lunero. "Los personajes son una excusa para hablar del hombre y del destino. Con un trasfondo de ternura, a través de la risa, llevamos al espectador a un mundo de emociones para que se vaya dando cuenta de pequeñas verdades", subraya el director. Sastre musical El espectáculo fue creado conjuntamente por la compañía y Jaume Sisa. Este último apunta: "Fui creando la música sobre la marcha, al mismo tiempo que se ponía el texto en escena. Fue como hacer un traje a medida y yo, como sastre, aportaba mis ideas y el concepto de las cosas". La música tiene un papel eminentemente dramático, sirve para hacer avanzar la acción o para enfatizar algunas reflexiones de los personajes". Torito bravo se representa en el horario de noche del teatro. Simultáneamente, en las sesiones de tarde, la Sala Muntaner alberga el espectáculo Lorca y las sombras, una selección de las obras de juventud del poeta granadino. En él, el actor Manuel Veiga encarna a un Lorca ya fallecido que espera en una especie de limbo que la luna vaya a recogerlo para llevarle al cielo. Además de estos montajes, el programa de la Sala Muntaner hasta mediados de noviembre se completará el próximo jueves con Delirios de un inmigrante, en sesiones golfas. El montaje es una propuesta de café teatro ideada y protagonizada por Pepe Garamendy, en el que se aborda con humor e ironía "la invasión de los inmigrantes suramericanos en España, vista por uno de esos sudacas", según explica el autor, un argentino que lleva 23 años en España.
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