Ver y leer los testimonios de una generación

Rememora Fernando Huici, comisario de la exposición titulada Plástica y texto en torno al 98, que se exhibe en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, desde hoy hasta el 3 de diciembre del presente año, la muestra que tuvo lugar sobre Ignacio Zuloaga en este mismo histórico edificio, hace ahora 72 años, con motivo de la inauguración de la nueva sede.Fue la primera monográfica que se presentó en Madrid del entonces todavía polémico gran maestro vasco, considerado como la figura más representativa del gusto artístico de la generación del 98, en cuya conmemoración nos hallamos embarcados precisamen...

Rememora Fernando Huici, comisario de la exposición titulada Plástica y texto en torno al 98, que se exhibe en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, desde hoy hasta el 3 de diciembre del presente año, la muestra que tuvo lugar sobre Ignacio Zuloaga en este mismo histórico edificio, hace ahora 72 años, con motivo de la inauguración de la nueva sede.Fue la primera monográfica que se presentó en Madrid del entonces todavía polémico gran maestro vasco, considerado como la figura más representativa del gusto artístico de la generación del 98, en cuya conmemoración nos hallamos embarcados precisamente a través de una serie de diferentes exposiciones antológicas.

La presente, imaginamos que una de las últimas al respecto, ha conseguido vencer, a mi juicio con acierto, el desafío del cansancio que los fastos reiterados producen, sobre todo cuando se llega en los furgones de cola.

Lo ha hecho, en primer lugar, porque ha enhebrado la historia desde la perspectiva original de hacer una selección a partir de las correspondencias entre imágenes y textos de artistas e intelectuales de la época, pero también por la calidad de las piezas conseguidas y el diáfano y confortable montaje con que han sido dispuestas en estas salas.

Se han reunido para la ocasión casi sesenta obras de 28 autores, pintores y escultores, entre los que están prácticamente todos los nombres imprescindibles, bien representados en relación con su calidad y significación. Hay, además, algunas obras casi nada o poco vistas, lo que es estimulante, pero el conjunto seduce por su excelente conjugación visual, con salas brillantemente combinadas, como, en especial, la de paisajes.

El resultado es, por tanto, muy agradable y eficaz, algo que, sin duda, el visitante apreciará en lo que vale, pues una buena conmemoración artística ha de ser todo lo que se quiera menos fatigosa. Ésta no lo es y hay que agradecerlo.