Un plan para tres años

En materia de medio ambiente, España se subió al tren en marcha de la Comunidad Europea pero entró los vagones de cola. Y por mucho que se desplace a la misma velocidad, la directiva del agua se, le ofrece inalcanzable. De sus 38 considerandos, 25 se refieren a la calidad, donde tiene, competencias la UE. Pero no en la gestión del agua, un elemento económico crucial en el sur de Europa. Tampoco prevé las sequías ni las inundaciones."Cada vez van a ser más restrictivos con los usos tradicionales del agua en beneficio de los ecosistemas", dice Santiago Hernández, ingeniero de caminos y miembro d...

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En materia de medio ambiente, España se subió al tren en marcha de la Comunidad Europea pero entró los vagones de cola. Y por mucho que se desplace a la misma velocidad, la directiva del agua se, le ofrece inalcanzable. De sus 38 considerandos, 25 se refieren a la calidad, donde tiene, competencias la UE. Pero no en la gestión del agua, un elemento económico crucial en el sur de Europa. Tampoco prevé las sequías ni las inundaciones."Cada vez van a ser más restrictivos con los usos tradicionales del agua en beneficio de los ecosistemas", dice Santiago Hernández, ingeniero de caminos y miembro del colectivo eco logista Aedenex, aunque reconoce que "tomar agua sin que se resientan los ecosistemas es fácil decirlo en Europa, pero no en España".

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Con todo, los plazos para alcanzar esos objetivos, adelantados parcialmente en anteriores directivas sobre agua de baño, aves silvestres, consumo, depuradoras, aguas residuales, hábitat, fitosanitarios y sustancias peligrosas se fijan en tres fases hasta el año 2010. Los análisis de las cuencas fluviales, las previsiones de contaminación por la actividad humana y el impacto económico del uso del agua tienen un calendario anticipado. Deberán estar ultimados antes de que acabe el 2001, o sea, dentro de tres años.

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