Almunia acusa al Gobierno de encubrir un déficit adicional de 600.000 millones

José Barea, el controvertido jefe de la Oficina Presupuestarla de la Presidencia del Gobierno, se convirtió ayer en protagonista involuntario del debate parlamentario de las enmiendas de totalidad al proyecto de Presupuestos para 1998. El portavoz socialista, Joaquín Almunia, esgrimió en el Congreso un informe de Barea, fechado el pasado 24 de septiembre, en el que se denuncia "falta de rigor presupuestario" y "un déficit de financiación adicional sobre lo previsto cercano a los 600.000 millones de pesetas".

Una vez más, la actuación del director de la Oficina Presupuestaria de Presidencia ha dejado al Gobierno en fuera de juego. El informe de José Barea exhibido por los diputados socialistas en el Congreso hace hincapié en el insuficiente control del gasto y advierte que el objetivo de déficit para el año que viene "peligra muy seriamente". El vicepresidente segundo del Gobierno, Rodrigo Rato, acusó el golpe, pero, dirigiéndose a los parlamentarios socialistas, subrayó: "Éste es el Presupuesto que a ustedes les gustaría votar y, todavía más, el que a ustedes les hubiera gustado hacer". Joaquín Almunia reconoció la bonanza de la situación económica, pero la desligó de la política aplicada por el Ejecutivo del Partido Popular y la achacó a la favorable coyuntura internacional. Según el líder del PSOE, España no corre peligro de perder el tren de la moneda única, pero sí el de llegar "en malas condiciones sociales y económicas." por culpa de un Gobierno que prefiere "mandar a gobernar".