La Real golea a un Valladolid que ejerció de colista
Anoeta vivió otra jornada de huelga futbolística, curiosamente festejada con un puñado de goles. Discutían Real Sociedad y Valladolid sin argumentos de peso ni gritos, construyendo una historieta sin palabras, incomprensible, que dejaba impasible al auditorio y huérfano al fútbol con un mínimo sentido artístico. Y sin embargo cayeron los goles llovidos del cielo y gestionados por el rumano Craioveanu que reclamó su jerarquía en el equipo.
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