Más dudas que certezas

Aquí llega otro Madrid-Barça (22.00, TVE-1 y TV-3) con todas sus consecuencias, porque nada es desdeñable cuando se enfrentan los dos equipos que pretenden la hegemonía del fútbol español. El carácter menor de la Supercopa no le quita trascendencia a un duelo que ofrecerá multitud de lecturas. El vencedor comenzará la temporada con autoridad sobre el rival, que tendrá que sufrir la mirada crítica de eso que se llama entorno. Y como en el caso del Real Madrid y del Barça sólo hay sitio para uno, resultará muy duro comenzar el año futbolístico con la condición de perdedor.El partido se presenta con más dudas que certezas. Ninguno de los dos equipos ha jugado con brillantez. El Madrid parece sumido en un periodo de descompresión tras el severo régimen de Capello. Los futbolistas más críticos con el estilo militarizado del entrenador italiano parecen ahora descomprometidos con algunos tareas necesarias. Por ejemplo, hay una cierta dejadez en la presión, en el trabajo colectivo para la recuperación de la pelota. La impresión en la mayoría de los partidos es que el equipo se rompe por la mitad. La división entre los que defienden y los que atacan ha sido demasiado evidente hasta ahora.

El dibujo de Heynckes, con la recuperación del rombo en el medio campo, debería beneficiar la creatividad en el juego de ataque. Se pierde un medio defensivo y se gana un medio punta-Raúl-, pero el cambio obliga a una solidaridad de los delanteros que no se han producido. La despreocupación defensiva de Suker frente al Flamengo fue muy dañina para el Madrid y obliga a pensar que muchos jugadores funcionan mejor a golpe de autoritarismo.

Cualesquiera que sean los problemas del Madrid, el talento existe. Hasta ahora, el Madrid ha funcionado con una línea defensiva demasiado parcheada. Con el regreso de Hierro y Panucci, la defensa será más consistente. En el medio campo comienza a abrirse un debate. Ante la ausencia de Redondo, ha jugado Jaime, un futbolista laborioso. Guti, la otra alternativa, ofrece más imaginación y pegada. Es un futbolista que además comienza a adquirir una cierta madurez, como si supiera de la trascendencia de esta temporada en su futuro como jugador.

Si las dudas del Madrid están relacionadas con el periodo de descompresión postcapello, las dificultades del Barça proceden de la inestabilidad producida tras la destitución de Cruyff. Con todos sus títulos a cuestas -Copa, Recopa y Supercopa-, Robson fue un obstáculo en la transición del equipo. El presidente Núñez lo admitió al contratar a Van Gaal. A Robson le quedaba un año de contrato, pero su proyecto o lo que fuera era inservible para el Barca.

En realidad, el equipo azulgrana sufre dos síndromes de ausencia. El de Cruyff y el de Ronaldo. Un entrenador mítico y el futbolista más determinante del mundo. La llegada de Van Gaal, un técnico de prestigio forjado en la misma factoría que Cruyff, no ha terminado con el clima de confusión. La sufrida victoria ante el Skonto de Riga produjo el instantáneo fichaje de Rivaldo para acallar las críticas. Por jugadores excelentes no queda: el Barca está trufado de estrellas, dispone de casi todo. Pero algo no funciona por el momento.

Van Gaal, que tuvo seis meses para apreciar las cualidades y las carencias del equipo, ha dado más tumbos de los previstos. No se atrevió de primeras a calcar el sistema del Ajax, coqueteó con la idea de la defensa de cuatro y los dos medios centros y ahora vuelve a sus orígenes con la defensa de tres, la marca individual atrás, el rombo en el medio y los extremos muy abiertos. Ahora es el Van Gaal reconocible, pero el Barça no acaba de arrancar.

El técnico holandés ha caído presa de un viejo defecto de los entrenadores: el deseo de originalidad, que pasa por meter la mano en el equipo, y dar un toque demasiado- personal a las alineaciones. Si,. por ejemplo, Guardiola es el medio centro de toda la vida, pues aparece como último defensa; si Reiziger es marcador, llega como medio centro. Si Nadal sufre cuando se escurre hacia cualquiera de las bandas, allá va Nadal hasta la banda. La consecuencia es que al Barça la falta perfil. No se. sabe todavía cuál es su estilo, a qué juega. Quizás ocurre porque Van Gaal es nuevo en un club muy exigente y porque sólo han transcurrido cuatro semanas de fútbol. Pero hasta el momento, hay dudas en el Barça. Y en el Madrid. Por eso, al que salga derrotado le espera un periodo difícil. Volvemos a lo mismo: el Madrid y el Barca se excluyen mutuamente. Sólo hay sitio para uno.

Alineaciones:

Real Madrid: Cañizares; Pannucci, Hierro, Karanka, Roberto Carlos; Seedorf, Jaime, Raúl, Amavisca; Mijatovic y Suker.

Barcelona: Hesp; Couto, Guardiola, Sergi; Amor, Reiziger, De la Peña, Rivaldo; Figo, Giovanni y Anderson.