Emocionado y cansado
Su delicado estado de salud obligó a José García Nieto a asistir a la ceremonia de la entrega del Premio Cervantes sentado en una silla de ruedas. Convaleciente de un infarto cerebral que sufrió hace unos años, el poeta, de 82 años, escuchó emocionado el discurso que leyó su amigo Joaquín Benito de Lucas y que habían preparado entre los dos. La mujer de García Nieto, María Teresa Sáenz; sus tres hijos, José María, Maite y Paloma; y varios de sus nietos acompañaron al poeta durante los 45 minutos que duró la ceremonia que presidieron los Reyes.García Nieto abandonó el recinto universitario en l...
Su delicado estado de salud obligó a José García Nieto a asistir a la ceremonia de la entrega del Premio Cervantes sentado en una silla de ruedas. Convaleciente de un infarto cerebral que sufrió hace unos años, el poeta, de 82 años, escuchó emocionado el discurso que leyó su amigo Joaquín Benito de Lucas y que habían preparado entre los dos. La mujer de García Nieto, María Teresa Sáenz; sus tres hijos, José María, Maite y Paloma; y varios de sus nietos acompañaron al poeta durante los 45 minutos que duró la ceremonia que presidieron los Reyes.García Nieto abandonó el recinto universitario en la misma ambulancia que lo había trasladado a Alcalá de Henares. Poco después del final del acto académico, y tras escuchar algunas canciones de la tuna, el poeta galardonado regresó a Madrid sin esperar a que concluyera la recepción ofrecida en su honor en los jardines que rodean el Paraninfo de la Universidad. Su mujer dijo que el escritor, pese a su estado de salud que le produce un profundo cansancio, había estado "muy emocionado y contento".
María Teresa Sáenz agregó que Benito de Lucas había elaborado el discurso conversando en casa con su marido "para recoger de este modo su forma de pensar y sentir".