El Moscardó se alía con la desgracia

El Moscardó sigue estrechamente aliado con la desdicha. Con dos puntos de 21 posibles, hundido en la cola de la tabla, a la afición de Usera se le presenta, sospechamos, una temporada profusa en sufrimiento. Podría pensarse que los rojiblancos no dan la talla en la división de bronce, y quizá haya que empezar a avalar esta tesis, pero un equipo con una capacidad de lucha tremenda, con un cerebro tan prometedor como Herranz y con puntas con el talento de Crespo o Juanmi, el álter ego local de Julio Salinas, merecía otra suerte. Ayer, ante el siempre peligroso filial madridista, reincidió en sus flirteos con el infortunio: se mostró superior en buena parte del encuentro, pero desperdició clamorosamente un penalti (Pizarro, por lo general muy seguro, mandó el balón fuera del campo) y su portero se metió un gol en propia meta de esos que hacen arrancarse mechones enteros de cabello al hincha más templado.

Cuando ya se intuía irremediable la tragedia, Crespo empató y anotó para el Mosca el primer punto como local desde que comenzó la Liga. Y gracias. Resignada casi a tales desgracias, la parroquia de Usera dio, al final, por bueno el puntito. Tendrán que afinar sensiblemente más los jugadores que dirige Antonio Urbano, empezando por su guardameta, para salir del pozo del descenso.