Menem defiende el indulto a los golpistas argentinos

Carlos Menem defendió nuevamente el indulto concedido en su primera presidencia a los comandantes del régimen más cruel sufrido nunca por Argentina y recordó su condición de víctima de la dictadura a quienes aun protestan aquel perdón. "Fueron varios años de cárcel", dijo. En un mensaje radiotelevisado, citó como fuente de inspiración el pensamiento de un prócer nacional, Juan Bautista Alberdi: para poder gobernar una nación, primero hay que pacificarla.

"Es lo que empezamos a hacer allá por el 89, pacificar y transformar. Y lo hemos conseguido. Una paz a partir de la democracia, de la ...

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Carlos Menem defendió nuevamente el indulto concedido en su primera presidencia a los comandantes del régimen más cruel sufrido nunca por Argentina y recordó su condición de víctima de la dictadura a quienes aun protestan aquel perdón. "Fueron varios años de cárcel", dijo. En un mensaje radiotelevisado, citó como fuente de inspiración el pensamiento de un prócer nacional, Juan Bautista Alberdi: para poder gobernar una nación, primero hay que pacificarla.

"Es lo que empezamos a hacer allá por el 89, pacificar y transformar. Y lo hemos conseguido. Una paz a partir de la democracia, de la libertad y del pleno respeto de los derechos humanos".El jefe de Estado pidió "no olvidar a las víctimas, a quienes cayeron en defensa de la libertad", y se sumó con un breve discurso a los actos conmemorativos del 20º aniversario del golpe castrense del 24 de marzo de 1976 contra el Gobierno de María Estela Martínez de Perón.

Sentado en su despacho, flanqueado por la bandera argentina, agregó: "Tendríamos que recordar este día como el día del horror, el día de la muerte, el día de la intolerancia, el día de la violación permanente de todas las normas, de todo el derecho vigente, el día de la violación de la Constitución".

El general Martín Balza, jefe del Ejército, recuerda a su vez que la mentalidad golpista de aquellos años, proclive al desprecio de la civilidad, estaba arraigada no sólo en el estamento castrense, sino en toda la sociedad. En una entrevista con Clarín, el general que el pasado año desencadenara la catarsis nacional al admitir las responsabilidades castrenses por la ilegal represión, evoca sus encuentros con políticos de entonces.

"Iban a los cuarteles: 'Ustedes son la reserva moral, y esto no da para más, ustedes son los salvadores de la patria...', y todo eso". A 20 años del rejonazo, Balza subraya: "No va a encontrar a nadie en el Ejército, perdón, casi nadie, que defienda una tesis golpista. Nosotros estamos construyendo un Ejército del futuro. Lo que me interesa son los jóvenes en el futuro".

Y cuando todo parecía sabido, se publican ahora los archivos secretos de la represión cultural, la Operación Caridad contra estudiantes, profesores, artistas, cantantes, críticos de cine, literarios, autores teatrales, gentes con "antecedentes desfavorables", "ideólogos terroristas", "peronistas", "izquierdistas", "ultraizquierdistas" o "rnarxistas". La relación de personas es larga y 39 de ellos desaparecieron.

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En un parte, Roberto Viola, entonces jefe del Estado Mayor del Ejército, lamentaba la poca eficacia de las leyes de inhabilitación y despido de cuadros "enrolados o simpatizantes de ideología marxista". Pronto llegaron otras maneras.

La Iglesia, presente en este revolcón de la memoria, también se duele, pero de a poco en tanto llega el pronunciamiento como institución. El arzobispo de Resistencia, Carmelo Giaquinta, pidió perdón a las Madres de Mayo porque en 1981, cuando le solicitaban audiencia, "yo ni siquiera salí a saludarlas". El prelado rememora la amnesia colectiva en el Mundial de fútbol de 1978. "Yo mismo me recuerdo gritando con el triunfo [argentino] como un estúpido, haciéndome cómplice del silencio que se tendía sobre todos los crímenes de lesa humanidad".

"Nuestros hijos también tenían sueños"

Imponiéndose a gritos con un micrófono, Hebe de Bonafini pidió a la juventud rockera argentina que no agote su rebeldía en la música y milite políticamente. En un concierto organizado por las madres de la plaza de Mayo, su presidenta puso como ejemplo a las más de 10.000 personas, en su mayoría jóvenes, desaparecidas durante la última dictadura. "Nuestros hijos también cantaban y eran felices", recordó, "tenían sueños y esperanzas, pero guardaban un poco de energía para la lucha. Ustedes tienen que hacer lo mismo: no metan toda su rebeldía en el rock, guarden un poco para pelear por lo que creen".Aproximadamente 20.000 personas acudieron a la plaza de Mayo, centro de las protestas silenciosas que les dio el sobrenombre a las madres de los desaparecidos, la noche del sábado para protestar y escuchar a varios grupos musicales.

Actuaron, entre otras bandas, la rapera Actitud María Marta, formada por hijos de desaparecidos, y al cantante Fito Páez, a quien una vanguardia adicta al heavy apedreó. "No les den a los milicos oportunidad para que repriman", pidió Bonafini.Marcha con antorchas

Argentinos en busca de una tumba para familiares que murieron sin ella lloraron abrazados; fueron desplegadas pancartas contra el olvido y el perdón, y otras setenciando como asesinos a los comandantes de las juntas, se vieron banderas con el rostro de Ernesto Che Guevara y varias pintadas anarquistas cubrieron paredes de edificios.

A las tres de la madrugada, con antorchas, la concentración se manifestó por las principales avenidas de la capital.

Este acto precedió a otros muchos durante los cuatro días de recordatorios, y a la masiva marcha de ayer entre el Congreso y, nuevamente, la plaza de Mayo. Fue convocado por 200 organizaciones de derechos humanos, grupos políticos, sociales y sindicales, y entidades agrupadas en la Comisión por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Entretanto, se sucedieron en Argentina las declaraciones de condena, las misas, las ofrendas florales, los acuerdos contra jefes u oficiales comprometidos con la bárbara represión, y graderíos y futbolistas guardaban un minuto de silencio.

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