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BALONCESTO

Unicaja reivindica un papel de líder

El equipo de Málaga mostró su solvencia ante el Estudiantes

Unicaja se ha empeñado en convertir cada partido que disputa en su pabellón en una exhibición de su solvencia, quizá apremiado por la necesidad de seguir demostrando que sus proezas no son fruto de la casualidad y por la cantidad de miradas desconfiadas pendientes de su trayectoria. Después del subcampeonato del año pasado, esta es la temporada de la reválida, y los de Javier Imbroda parecen dispuestos a superarla con sobresaliente. Su esmero ante los exámenes más difíciles, como el de ayer ante Estudiantes, es encomiable. La nueva prueba le ha servido para alcanzar al Real Madrid en la clasificación y para reivindicar un papel de líder.Cierto es que los del Ramiro no atraviesan un buen momento y han comprometido su clasificación para la Copa del Rey (los tres mejores de la primera vuelta después de Barcelona, Unicaja, Madrid y TDK Manresa). Su juego ha perdido frescura y sus hombres decisivos atrevimiento. Alberto Herreros, sin ir más lejos, apenas apareció por la cancha, bien es verdad que fue perro de presa de Babkov, a cuya aportación anotadora renunció ayer Unicaja. Estudiantes tuvo sus opciones mientras utilizó el músculo. En la primera parte, Thompson, Orenga y Mijailov echaron el candado en su zona y se hartaron a capturar rebotes ofensivos para desesperación de los malagueños, condicionados por la temprana tercera falta personal de Michael Ansley, cometida en un claro acto de impotencia tras perder cuatro opciones de rebote consecutivas en una misma jugada.

Como los pivots no acertaban a abrir vías en la defensa enemiga, Javier Imbroda optó por jugar con tres bajitos, a lo que José Vicente Hernández contestó ordenando una defensa individual. Estudiantes había maniatado el ataque de Unicaja, pero el suyo era un desastre, con un pobre porcentaje anotador y mucha precipitación. Casi siempre fue a remolque de marcador, pero mantuvo a Unicaja a tiro de piedra, porque los tiradores malagueños tampoco habían afilado su puntería. Hasta el descanso.

Bastó que Unicaja afinara y pisara el acelerador aplicando su fórmula tradicional: intensidad defensiva y velocidad en ataque. Estudiantes no tuvo más opción que ver marchar a su rival. Entre los malagueños surgió un excepcional Curro Ávalos. Al revés que Babkov, éste es especialista en defensa, pero ayer se marcó una serie de cuatro lanzamientos triples sin error. Desde detrás de la línea de 6,25, Unicaja empezó a poner distancia en el marcador, hasta alcanzar una máxima diferencia de 14 puntos (62-48).

Entonces se mostró con crudeza toda la impotencia de Estudiantes. Más que su arreón final a base de lanzamientos desde cualquier sitio, el partido recuperó cierta emoción por el empeño de los malagueños de rizar el rizo bajo la canasta contraria, aunque nunca hasta el final consiguió Estudiantes bajar de los ocho puntos de desventaja. Con el marcador favorable, Javier Imbroda dio otra muestra de su osadía. Cuando Curro Ávalos cometió su cuarta falta personal decidió hacer debutar al canterano Yuse García. Un buen detalle.

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