Las citas que no podrán ser
Emilio García Gómez habría cumplido 90 años el próximo domingo y tenía mucha ilusión en poder acudir a los actos que estaban preparados para celebrar un aniversario tan especial, según confesaron académicos y allegados.El lunes, día 5, estaba previsto un homenaje de la SER, convocado por el presidente del grupo PRISA, Jesús de Polanco, para darle una muestra de ánimo y cariño en una fecha tan significativa y conmemorar a la vez que iba a cumplir 40 años como consejero de la cadena radiofónica.
Directores de las reales academias, presidentes o directores de los medios informativos y otro...
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Emilio García Gómez habría cumplido 90 años el próximo domingo y tenía mucha ilusión en poder acudir a los actos que estaban preparados para celebrar un aniversario tan especial, según confesaron académicos y allegados.El lunes, día 5, estaba previsto un homenaje de la SER, convocado por el presidente del grupo PRISA, Jesús de Polanco, para darle una muestra de ánimo y cariño en una fecha tan significativa y conmemorar a la vez que iba a cumplir 40 años como consejero de la cadena radiofónica.
Directores de las reales academias, presidentes o directores de los medios informativos y otros destacados representantes de la cultura española estaban convocados por el presidente de PRISA, Jesús de Polanco, a una comida-homenaje en el restaurante Jockey de Madrid para expresar su reconocimiento al insigne arabista. Al acto estaba prevista la asistencia de unas 70 personas y la entrega de un recuerdo conmemorativo. La SER proyectaba para el día 5 la emisión de una entrevista con Emilio García Gómez en el programa Hoy por hoy, que dirige Iñaki Gabilondo, que iría acompañada de valoraciones de numerosos intelectuales sobre la importancia de la vida y la obra del arabista fallecido.
La Academia de la Historia, de la que era presidente Garcia Gómez, también tenía preparado para hoy, viernes, un cálido homenaje de aniversario con intervenciones de diversos académicos, entre ellos Eloy Benito Ruano y Carlos Seco Serrano. Sus compañeros académicos habían estampado ya sus firmas para una bandeja de plata que tenían preparada para regalarle.