El Real Madrid B se desmelena

Vino el Real Madrid a dar la razón a Juan Manuel Lillo. Defendía el técnico salmantino, en las vísperas, que presentía un encuentro complicado, porque el Madrid, libre de la presión de jugar ante su parroquia, era dado a recuperar su yo más fácilmente lejos de su feudo. Y el Real Madrid, ante un Salamanca aspirante a consolidar su situación en la zona de promoción, pero que se mostró nervioso hasta el punto de dar la impresión de estar atenazado en algunos instantes, fue un cuadro que se mostró en todo momento libre de ataduras.

Sin corsés, sorprendió a los charros al contragolpe. Lo hizen el primer gol, cuando Arteaga avisó de que estaba ahí dispuesto a poner en aprietos a una defensa que tenía una tarde aciaga -salvo Sito, quien no sólo cumplió atrás, sino que llevó peligro adelante-, y lo hizo en el tercero, cuando Jovicevic aprovechó en el centro del campo un error de Urzaiz, primero de una serie en que se vería envuelta la zaga.

Otro fallo de la retaguardia acabó en un penalti, que lanzó Gerardo y detuvo Olabe. Ello hizo que el empate a uno pusiese fin a una primera parte en la que el Real Madrid había llegado a poner en aprietos a los locales. En el segundo tiempo, los blancos se desmelenaron. Con la misma fórmula del contraataque goleó a los locales.