"Hay que estimular la transparencia, la tolerancia y el diálogo"

Acabó el congreso, cogió las maletas y volvió a Valencia, con la ingenua intención de descansar el lunes. Sin embargo, desde primeras horas de la mañana tuvo que atender a las radios, las televisiones y los periódicos. Ciprià Ciscar, la gran sorpresa del 33º congreso del PSOE, flamante secretario de organización, no pierde su proverbial amabilidad, pese al nerviosismo de sus primeras horas como número tres de los socialistas españoles.En su casa, llena de libros, hay cuadros del Equipo Crónica, de Eduardo Arroyo, Hernández Mompó y Carmen Calvo. Cuando se le requiere para explicar sus orígenes políticos, saca de una carpeta los papeles que atestiguan las dos detenciones que sufrió durante el franquismo: en 967, cuando era un líder universitario, y en 1972, como consecuencia de la celebración de un Primero de Mayo. Es abogado y fue alcalde de su pueblo, Picanya (Valencia), en 1976. Ciscar no ha abandonado la política desde entonces y ha sido consejero de Cultura y Educación de la Generalitat y diputado autonómico. En la actualidad, es vicesecretario general del PSPV-PSOE y diputado en el Congreso. Hoy comenzará su trabajo en la sede de Ferraz.

Pregunta. Media España se pregunta quién es ese nuevo secretario de organización del PSOE y desde cuándo está en la vida política.

Respuesta. Estoy en la política por un compromiso que no arranca de ahora sino de cuando tenía, 18 años, en el momento de la Lucha contra la dictadura. Aquel compromiso inicial, que manteníamos muchos jóvenes de aquella época, me llevó al compromiso político, también con la lucha contra las desigualdades. Después, a partir de 1978 se estableció mi vinculación con el partido socialista.

P. ¿Guerrista, renovador? ¿Con qué corrientes se ha identificado dentro del partido?

R. Me he comprometido desde el comienzo con un proyecto, que es el socialista, sin más etiquetas. He creído siempre que era necesario afrontar ese proyecto desde la renovación y he trabajado para que no se abandonara la reflexión sobre ideas y propuestas que interesan a la gente. De todas maneras, en el compromiso con la democracia, y como socialista, ya está implícita esa actitud.

P. ¿Qué circunstancias han hecho posible su acceso a la secretaría de organización?

R. La elección como secretario de organización, o como responsable de cualquier otra área de la comisión ejecutiva federal, se produce por dos razones. La primera es que el secretario general ha decidido contar contigo. La segunda, que los delegados han apoyado la propuesta. Es indudable que el secretario general tiene en cuenta las opiniones que surgen en el partido.

P. ¿Y no ha influido el hecho de que pertenece a una federación, la valenciana, que ha acudido unida al congreso bajo la bandera de la integración?

R. No hay duda de que la delegación valenciana, con Joan Lerma en cabeza, ha jugado un papel constructivo, tanto en la aportación de ideas como en la consecución de acuerdos para la buena orientación del congreso. Además, el hecho de que Lerma haya presidido el congreso ha obligado a desplegar con mayor empeño ese papel.

P. ¿Qué significa la integración en un partido polarizado entre guerristas y renovadores?

R. Felipe González indicó que el congreso tenía que ser de renovación de ideas al mismo tiempo que de integración para que el partido no perdiese su cohesión. Así, ha habido una amplia renovación en el terreno de la ideas. En primer lugar, gracias a un debate fluido que, ya desde la etapa precongresual, ha permitido asumir propuestas de forma muy mayoritaria. Se han producido también, como era lógico, cambios para configurar un equipo de personas que pueda llevar a cabo esas ideas. Al mismo tiempo, se ha expresado de manera muy clara que las inquietudes de la sociedad y las del partido caminan en una misma dirección.

P. ¿Qué opinión le merece la gestión de su antecesor en el cargo, José María Benegas?

R. Ha trabajado a lo largo de unos años de forma muy intensa y ahora ha asumido otra tarea dentro de la comisión ejecutiva.

P. ¿Y cómo se plantea usted su actuación al frente de la secretaría de organización?

R. La gestión en la comisión ejecutiva federal es de equipo, hay que desarrollarla conjuntamente. Es cierto que cada área tiene unas tareas y también que cada uno tiene su talante y su forma de actuar. Yo entiendo que, desde la se cretaría de organización, hay que estimular la transparencia, la tolerancia y el diálogo, dentro del partido y a todos los niveles.

P. ¿Oué opina de la nueva comisión ejecutiva?

R. Cuenta con un apoyo muy grande. Está claramente liderada por Felipe González y en ella hay una presencia importante de personas con responsabilidad en el Gobierno, de presidentes autonómicos y secretarios generales de federaciones. Resulta ampliamente representativa.

P. ¿Hay que abrir el partido a la sociedad?

R. El partido ha de ser consecuente con la renovación de las ideas y debe evitar actuar de forma dogmática y cerrada. Voy a hacer un esfuerzo para que se cumplan las resoluciones del congreso y, aunque no he estado hasta ahora en responsabilidades directamente organizativas, sino institucionales y parlamentarias, trabajaré para lograrlo con toda la ilusión, desde la transparencia, el diálogo y la apertura.

P. Se hace cargo de la organización en momentos de bajas expectativas electorales.

R. En los últimos años, España ha experimentado transformaciones muy importantes. Se ha consolidado la democracia, se ha reafirmado nuestro compromiso europeo y se han puesto las bases del estado del bienestar. Profundizar en esa tarea debe ser nuestro objetivo.

P. La corrupción y la polémica sobre la financiación de los partidos han marcado la vida política en los últimos tiempos. ¿Cómo enfocará esta cuestión desde su nuevo cargo?

R. El partido socialista es el más observado de todos. Y es lógico, porque tiene la mayor responsabilidad. También es el más transparente. Pero no es suficiente, debe serlo mucho más. Felipe González, ha hablado de impulsar un funcionamiento claro y transparente del partido. Y a mí, desde esos planteamientos me han llamado a trabajar.