23.500 socios y un consejo de lujo

VEGAP (Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos) tiene un Consejo de Administración de verdadero lujo artístico. Su presidente es el pintor sevillano Luis Gordillo; sus consejeros de honor son Eduardo Chillida, Albert Ràfols-Casamada, Antonio López y Antoni Tápies, y entre sus vocales se encuentran Canogar, Genovés, los gráficos Alberto Corazón y Mariscal, y el fotógrafo Javier Vallhonrat.Creada en 1990, esta entidad, a la que pertenecen unos 23.500 creadores, ejerce la gestión de los derechos de propiedad intelectual de los artistas plásticos y gráficos, y de los fotógrafos. Según los ...

VEGAP (Visual Entidad de Gestión de Artistas Plásticos) tiene un Consejo de Administración de verdadero lujo artístico. Su presidente es el pintor sevillano Luis Gordillo; sus consejeros de honor son Eduardo Chillida, Albert Ràfols-Casamada, Antonio López y Antoni Tápies, y entre sus vocales se encuentran Canogar, Genovés, los gráficos Alberto Corazón y Mariscal, y el fotógrafo Javier Vallhonrat.Creada en 1990, esta entidad, a la que pertenecen unos 23.500 creadores, ejerce la gestión de los derechos de propiedad intelectual de los artistas plásticos y gráficos, y de los fotógrafos. Según los estatutos, el autor, al entrar a formar parte de la entidad, le cede sus derechos con carácter exclusivo para que ésta gestione todo lo establecido en la Ley de Propiedad Intelectual. VEGAP no sólo gestiona los derechos de autor de los creadores en España, sino que también se encarga de hacerlo en todo el mundo, mediante convenios firmados con las sociedades afines en otros países.

Dos tipos de derechos protegen a los autores según la Ley de Propiedad Intelectual. Por una parte, los morales, definidos en el artículo 14 de la ley, que son irrenunciables e inalienables. Por otra parte, los patrimoniales o económicos, en los que están englobados los derechos de explotación de sus obras.

Entre estos últimos figura, por ejemplo, el derecho que tiene el autor de recibir el 3% del precio de cada reventa de su obra cuando éste sea igual o superior a 300.000 pesetas. VEGAP reclama que se rebaje esta cantidad hasta situarla en los límites europeos, en torno a las 25.000 o 30.000 pesetas. España tiene el precio umbral más alto del mundo, 300.000 pesetas, a mucha diferencia del segundo país, Dinamarca, cuyo tope son 46.000 pesetas.