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El 'genio' del Leganés nace en la tacita de plata

El equipo madrileño, después de tres meses de sufrimiento, consigue su primera victoria

El Leganés lo consiguió. Tras 11 jornadas de sufrimiento, el Leganés ya conoce el sabor de la victoria en Segunda División. El domingo 21 de noviembre de 1993 se escribirá con letras de oro en el libro que narra la historia de este modesto club madrileño. El destino quiso que fuera a más de setecientos kilómetros de su hogar. De la tacita de plata, nombre que recibe el campo del Cádiz, surgió un genio que le concedió al Leganés su mayor deseo: el primer triunfo en Segunda División.El Leganés logró una merecida victoria en el estadio Ramón de Carranza frente a un ex Primera División. Jugando sin complejos y con más fuerza que el contrario, se hizo con un triunfo que ni siquiera las protestas de los locales sobre la posible ilegalidad de los goles de los madrileños podía empañarlo.

Luis Ángel Duque, el entrenador del Leganés, adiestró bien a los suyos. Para hacer frente al equipo amarillo había que actuar de forma coordinada, con anticipación y probando la suerte de cara a la portería contraria.

Los pepineros desarrollaron, en efecto, una primera parte ejecutando a la perfección las directrices de su preparador. Se anuló el poder atacante de los gaditanos, con marcajes férreos y serios a los hombres punta como Peña y José María. Para completar su dispositivo, sofocaban en su terreno toda acción ofensiva, y recuperaban una y otra vez balones al contrincante. Para colmo, montaban rápidos contragolpes, sobre todo por la banda derecha, dirigidos por Chuso.

De esta manera, los madrileños fabricaban incluso varias ocasiones de gol ante un aforo de unos 2.000 aficionados locales, curados ya de todo espanto por el mal juego de los suyos.

Del desastre local sólo se salvaba el argentino Gustavo Acosta, que trataba de repartir balones y de arruinar en parte el caótico juego de los locales.

Precisamente en esta fase del juego, cuando faltaban segundos para finalizar la primera parte, Acosta centraba un balón y el delantero José María, que el año pasado jugaba en el Real Madrid B, remataba a gol. Duque diseñó un planteamiento más guerrillero en el segundo periodo. Incorporó a May y a Peces, y obligó a sus hombres a adelantar sus posiciones en el terreno de juego.

Fue suficiente para que el Leganés le endosara dos goles al Cádiz en un margen de tiempo de cinco minutos, y sirvió para consolidar una victoria lograda ante un ex Primera que es toda una ruina.

Conseguía así el Leganés su primer e histórico triunfo fuera de casa. Con ello, el equipo madrileño aceleraba además la descomposición de la entidad cadista, desprovista ya de la suerte que le acompañara en otras ocasiones. El Cádiz vive en la UVI, y el Leganés la abandona.

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