CONSUMO - LECHE DE VACA

EE UU autoriza el primer alimento de ingeniería genética

Tras varios años de conflictos científicos y políticos, el Gobierno de EE UU ha aprobado el primer alimento producido con la ayuda de ingeniería genética: la leche de vacas tratadas con una hormona para incrementar la producción diaria. La hormona somatotropina bovina (BST) es idéntica a la natural de las vacas pero producida por ingeniería genética. Al aprobar su uso la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha señalado que no se exigirá que la leche de las vacas tratadas y los alimentos lácteos que la contengan tengan etiquetas especiales para los consumidores. La utilización de es...

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Tras varios años de conflictos científicos y políticos, el Gobierno de EE UU ha aprobado el primer alimento producido con la ayuda de ingeniería genética: la leche de vacas tratadas con una hormona para incrementar la producción diaria. La hormona somatotropina bovina (BST) es idéntica a la natural de las vacas pero producida por ingeniería genética. Al aprobar su uso la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) ha señalado que no se exigirá que la leche de las vacas tratadas y los alimentos lácteos que la contengan tengan etiquetas especiales para los consumidores. La utilización de esta hormona puede cambiar la estructura de la industria lechera.La autorización se ha dado tras una evaluación exhaustiva, ha declarado David A. Kessler, responsable de la FDA. "Con técnicas científicas normales no se puede diferenciar la BTS artificial de la natural... El producto carece de riesgos para el consumidor, las vacas o el medioambiente", ha dicho.

La BST se ha desarrollado insertando en bacterias el gen vacuno responsable de producir la hormona naturalmente. De este modo, las bacterias fabrican en grandes cantidades la BST, que luego se purifica. Las vacas inyectadas con esta hormona cada dos semanas aumentan su producción de leche en hasta un 40%.

La autorización es un paso decisivo del Gobierno de Clinton en su intención de eliminar obstáculos al uso industrial y agrícola de la ingeniería genética. Varias organizaciones sociales se han opuesto a esta decisión y algunos científicos han señalado que los efectos últimos de la BTS artificial son inciertos.

Mientras tanto, la industria biotecnológica de EE UU ha apostado cientos de millones de dólares en la investigación de éste y otros productos alimenticios, pesticidas y otros, de ingeniería genética. La aprobación de la BTS se considera una victoria importante de la emprea Monsanto, que ha gastado casi 50.000 millones de pesetas en el desarrollo de esta hormona.

En Europa, la CE decidió hace pocos meses prorrogar la prohibición de comercializar la BST alegando, en primer lugar, motivos económicos: el exceso de producción de leche.

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