_
_
_
_

"Fuego, agua, hielo, frío y terror"

Los supervivientes del accidente aéreo de Nueva York despiertan de su pesadilla

Desde el pasado domingo por la noche, 24 norteamericanos creen en los milagros. Son los supervivientes del accidente aéreo sufrido por un Fokker 28 de la compañía USAir que se deslizó por la pista helada del aeropuerto La Guardia de Nueva York hasta las frías aguas de la bahía Flushing; 27 personas murieron en el siniestro, entre ellas el piloto, Wallace Majure, de 44 años.Las declaraciones de los supervivientes fueron estremecedoras. Uno de ellos, el actor Richard Lawson, recordaba ayer el accidente con cinco palabras "Fuego, agua, hielo, frío y terror". El destrozado fuselaje del avión tenía el morro hundido en el agua de la bahía mientras la cola, en tierra, era devorada por las llamas.

Algunos supervivientes habían estado haciendo sus últimas compras en Manhattan dos horas antes de conocer el infierno, como Tom Merrill, de Norwalh (Ohio). Merrill vio de cerca la cara de la muerte bajo el agua. Sin poder soltar su cinturón de seguridad, su asiento se hundía cada vez más arrastrándole al fondo de la bahía. Para Merrill, el ángel de la guarda se reencamó en su esposa, que se sumergió desesperadamente varias veces en las oscuras aguas hasta desabrochar el cinturón de seguridad de su marido y rescatarle de la muerte.

Los Merrill podrán contar su aventura a sus nietos, pero Thoral y Virginia Mitchell, otro matrimonio que volaba a bordo del vuelo 405, con destino a Cleveland (Ohio), no conocieron el milagro. Ambos procedían de Jacksonville (Florida), origen del vuelo 405, donde habían disfrutado unos días de vacaciones, como ocurría también con los Beckwith, los Irvin y los Porcefli. Todos ellos fallecieron. La hija de los Mitchell, Tracy, no podía ocultar su dolor ante las cámaras de televisión -horas después: "Esto no debería pasamos, nosotros somos gente normal".

Las primeras investigaciones señalan que el hielo fue la causa del siniestro. El domingo por la noche la zona del aeropuerto La Guardia sufrió una tremenda ola de frío. Los empleados de los hangares tuvieron que deshelar en dos ocasiones las alas del Fokker 28 de USAir antes de que el avión iniciara su recorrido hacia la pista de despegue.

Cuando el piloto forzó los motores para iniciar el vuelo, las alas del aparato estaban rígidas, atenazadas otra vez por el hielo. Los mandos no respondieron y el avión se salió de la pista cayendo al agua, muy cerca de un enorme letrero donde se puede leer "I love New York".

El accidente fue parecido al sufrido en 1982 en Washington, cuando un avión de Air Florida cubierto por el hielo cayó a las aguas heladas del río Potomac y 78 personas perdieron la vida.

La tragedia de La Guardia ha tenido gran impacto en EE UU. El accidente ocurrió en uno de los aeropuertos con más tráfico del país, ya que en La Guardia aterrizan todos los puentes aéreos entre Nueva York, Boston y Washington. El aeropuerto está situado en mitad del barrio neoyorquino de Queens, con casas y autopistas a un lado y la bahía al otro. Los pilotos aseguran que en las pistas de La Guardia "no hay lugar para el error, ni tampoco para una avería".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_