182 años de cárcel para los tres asesinos de un conductor de autobuses

La Sección 152 de la Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a penas que suman 182 años de cárcel a los tres delincuentes que asesinaron al conductor de autobuses Antonio Guisado en las cocheras de la empresa de autocares El Bosque e hirieron de diversa consideración a otras tres personas después de intentar robar en dicha empresa, ubicada en la localidad madrileña de Getafe. Los hechos sucedieron la noche del 3 de marzo de 1989.

La sentencia considera probado que Miguel Murillo Sánchez, José Campos Pérez y Leopoldo Iglesias Vilorta amenazaron con un cuchillo y pistolas a las personas que estaban en las cocheras, obligándolas a tenderse en el suelo, informa Europa Press. Ante la amenaza, los hermanos Miguel Ángel y Rafael del Bosque, propietarios de la empresa; un hijo de éste de nueve años, Nicolás Ortega, y Antonio Guisado obedecieron a los atracadores.Antonio Guisado se levantó con el pretexto de cerrar el grifo de gasóleo que estaba abierto, lo que aprovechó para coger una barra de hierro, con la que propinó un golpe en la cabeza a Miguel Ángel Murillo.

Posteriormente se organizó una pelea entre los atracadores y las demás personas, momento en que Campos Pérez comenzó a disparar a corta distancia contra Antonio Guisado y los demás. Guisado, que estaba casado y tenía seis hijos, falleció en el acto a causa de un tiro en la cabeza y otro en el estómago, mientras que los hermanos Del Bosque sufrieron heridas graves. Manuel Díaz Carvajal, que entraba en las cocheras conduciendo un autobús y acudió a ayudar a sus compañeros, también recibió un impacto de bala.

Agravante de disfraz

El tribunal considera que los hechos cometidos por el grupo son constitutivos de un delito de asesinato con la agravante de disfraz y atenuante de drogadicción en los tres. También los condena por cuatro delitos de homicidio frustrado y otro de tenencia ilícita de armas. El fiscal había solicitado en el juicio oral que se impusiera a los tres procesados un total de 300 años de reclusión.La sentencia condena a los tres procesados, pese a que sólo se constató inequívocamente la presencia de Miguel Murillo en los hechos, ya que quedó tendido en el suelo tras recibir un golpe en la cabeza. Los otros dos atracadores, que llevaban el rostro cubierto con pasamontañas, se dieron a la fuga. Sin embargo, el fiscal aportó unas cintas magnetofónicas en las que María José Sansegundo, ex novia de Murillo, desveló, en el curso de una conversación mantenida con aquél, la identidad de los otros dos implicados.

María José Sansegundo declaró en el juicio y exculpó a Leopoldo Iglesias y a José Campos: "Entonces [en la primera declaración] era toxicómana y no sabía lo que decía".

Los defensores de Iglesias y Sánchez sostuvieron durante la vista oral que ninguno de ellos intervino en los hechos que culminaron con la muerte de Guisado. Miguel Murillo agregó que sus acompañantes en aquella ocasión fueron Juan Gutiérrez Benítez y Emilio García de la Fuente, nombres que el fiscal cree que son ficticios.

Margarita Barea González, la viuda de Guisado, clamó durante el juicio oral, celebrado a principios de verano: "Quiero que se haga justicia, nada más".