Pinochet celebra en tono de despedida su último aniversario del golpe

El régimen militar chileno realizó ayer su última celebración del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 con un discurso en el que el general Augusto Pinochet hizo un balance en tono de despedida de sus 16 años de gobierno. En su mensaje, retransmitido en cadena por la televisión, Pinochet, que en seis meses más deberá entregar el poder a un presidente electo, anunció un reajuste de salarios y se emocionó hasta las lágrimas al afirmar que seguirá luchando por lo mejor "para esta bendita patria".

Para la oposición fue un día de duelo. Unos 5.000 izquierdistas se concentraron ayer e...

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El régimen militar chileno realizó ayer su última celebración del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 con un discurso en el que el general Augusto Pinochet hizo un balance en tono de despedida de sus 16 años de gobierno. En su mensaje, retransmitido en cadena por la televisión, Pinochet, que en seis meses más deberá entregar el poder a un presidente electo, anunció un reajuste de salarios y se emocionó hasta las lágrimas al afirmar que seguirá luchando por lo mejor "para esta bendita patria".

Para la oposición fue un día de duelo. Unos 5.000 izquierdistas se concentraron ayer en el cementerio Santa Inés de Viña de¡ Mar, junto a la tumba del ex presidente Salvador Allende, en el principal acto de homenaje a las víctimas del golpe militar. En incidentes ocurridos en otros cementerios fueron detenidos al menos 20 manifestantes.Santiago fue cubierta con panfletos que decían "Misión cumplida", el lema del aniversitario de una dictadura que está en su cuenta regresiva. Pinochet y su esposa comulgaron durante tina misa en la escuela militar en homenaje a los soldados muertos en el golpe. Durante los actos hubo un austente notorio: el ex ministro de Hacienda y actual candidato oficialista, Hernán Büchi.

Fue un aniversario especial teñido de nostalgia en las filas del régimen y de esperanza entre los opositores. La abundante propaganda de los candidatos presidenciales, a diputado y a senadores es un símbolo de la proximidad del fin de la dictadura. El régimen que hace 16 años, sepultó la democracia, con el asalto y bombardeo del palacio presidencial de La Moneda, concluirá con los votos que serán depositados en las urnas el 14 de diciembre.

"El intento de exterminar física e ideológicamente a la izquierda fracasó por completo. El once dejará de ser un día de asueto, para transformarse en uno de recuerdo de Allende. Hemos revalorizado la democracia y logramos un acuerdo con el centro para poner fin a estos trágicos años", afirmó a este diario Jorge Arrate, secretario general del Partido Socialista.

En su discurso, de 60 folios, que leyó durante una hora y media vestido con uniforme blanco de gala, Pinochet planteó que su Gobierno devolvió la democracia, a los chilenos. Varias veces su voz se quebró y las lágrimas acudieron a sus ojos celestes al recordar el pasado y avizorar el futuro. Su único anuncio fue un reajuste para los trabajadores del Estado y una bonificación salarial para el aniversario de la independencia, el 18 de septiembre. "Mi temor es que las cosas buenas tengan un retroceso", dijo. "No todo ha sido bueno, pero eso se debe a que somos humanos", admitió Pinochet, y añadió que "la lucha contra el marxismo debe seguir".

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Recuerdo de Allende

Por otra parte, miles de personas gritando "se siente, se siente, Allende está presente" se reunieron junto a la tumba sin lápida del ex presidente socialista, en el cementerio Santa Inés de Viña del Mar, donde desconocidos retiraron una placa de homenaje, colocada el año pasado. "Hoy nace aquí la democracia. Con altivez y alegría la soberanía volverá al pueblo para que se abran las grandes alamedas por donde pasará el hombre libre", afirmó Laura Soto, candidata a senadora del Partido por la Dernocracia y dirigente de la Comisión de Derechos Humanos en la zona, citando a Allende en su discurso en el cementerio.

Cientos de personas particíparon en una romería en el Cementerio General de Santiago por las víctimas del golpe, portando banderas a media asta fotos de detenidos desaparecídos. Doscientos manifestantes colocaron claveles rojos en las puertas del Estadio Nacional, usado como campo de concentración de prisioneros políticos después del once.

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