La Academia de Bellas Artes amplía su apertura con la elección de Tàpies
La Academia de Bellas Artes de San Fernando prosiguió con su proceso de apertura hacia ámbitos más representativos de la cultura hispánica contemporánea con la elección, anteayer, del pintor catalán Antoni Tàpies como académico honorario. La significación de la incorporación de un artista progresista y de fama mundial como Tàpies a este organismo es doblemente paradójica, por cuanto la Academia de San Fernando ha sido durante decenios un santuario de las figuras más conservadoras de la cultura española y porque Tàpies, en toda su trayectoria vital y artística, se ha mostrado reacio a recib...
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La Academia de Bellas Artes de San Fernando prosiguió con su proceso de apertura hacia ámbitos más representativos de la cultura hispánica contemporánea con la elección, anteayer, del pintor catalán Antoni Tàpies como académico honorario. La significación de la incorporación de un artista progresista y de fama mundial como Tàpies a este organismo es doblemente paradójica, por cuanto la Academia de San Fernando ha sido durante decenios un santuario de las figuras más conservadoras de la cultura española y porque Tàpies, en toda su trayectoria vital y artística, se ha mostrado reacio a recibir condecoraciones y ser incluido en academias.
Las dos incorporaciones más recientes a la Academia de Bellas Artes de San Fernando, antes de la elección de Antoni Tàpies y del arquitecto Rafael de la Hoz (elegido también anteayer como académico numerario), habían sido las del cineasta Luis García Berlanga y el poeta Rafael Alberti.
Con ellos, al igual que con el pintor catalán, la institución se ha abierto a una vertiente más progresista de la cultura española. Al conocer su elección, Tàpies señaló: "Rafael Alberti es un precedente que me honra a la hora de recibir una distinción".
El pintor ha definido en muchas ocasiones, entre ellas en sus libros L'art contra l'estètica, Memòria personal o el más reciente Per un art modern i progressista, su creencia en el arte como un medio de búsqueda espiritual y como una meditación sobre la condición humana.
En tiempos recientes, Tàpies ha manifestado su preocupación ante la creciente banalización y mercantilización del arte y ha reiterado su convencimiento de que "la creatividad no es institucionalizable".