Diálogo de sordos

A. F. El martes, Semprún lanzaba flores al Real de Madrid diciendo que iba a ser el teatro de ópera más importante de Europa, junto con el de la Bastilla (comparación infeliz, cuando ya se ha desatado la lucha por el poder en el centro parisiense). El día antes, el ministro echaba un jarro de agua fría al auditorio barcelonés, aunque aseguraba que el diálogo no estaba roto.

El problema es saber qué diálogo. Porque este tema ha estado caracterizado por la sordera. Hace cinco años Cultura urgía a Barcelona para que decidiera si quería un auditorio o no, puesto que disponía de una partida ...

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A. F. El martes, Semprún lanzaba flores al Real de Madrid diciendo que iba a ser el teatro de ópera más importante de Europa, junto con el de la Bastilla (comparación infeliz, cuando ya se ha desatado la lucha por el poder en el centro parisiense). El día antes, el ministro echaba un jarro de agua fría al auditorio barcelonés, aunque aseguraba que el diálogo no estaba roto.

El problema es saber qué diálogo. Porque este tema ha estado caracterizado por la sordera. Hace cinco años Cultura urgía a Barcelona para que decidiera si quería un auditorio o no, puesto que disponía de una partida para iniciar las obras. Barcelona frenaba la iniciativa, porque quería tener el mismo trato que Madrid con su auditorio, todo él pagado por las arcas ministeriales. Ahora es Barcelona quien tiene prisa y Madrid quien da largas. Vamos bien.

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