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SEGUNDA ELIMINATORIA DE LAS COPAS DE EUROPA

El Lech Poznan aprovechó las facilidades que le brindó el Barcelona

JOSÉ MARIA SIRVENT, Los caprichos se pagan y Johan Cruyff tiene uno, Aloisio Pires Alves, un brasileño natural de Pelotas, que ya le está costando muy caro a pesar de que su fichaje fue bastante asequible -125 millones de pesetas-, teniendo en cuenta la carestía del mercado. Aloisio, que estuvo más perdido en el campo que un guardia urbano en las calles de Delhi, Estambul o El Cairo, no fue el culpable directo del empate del Barca que hace peligrar sus aspiraciones en la Recopa, pero su presencia en el equipo inicial sí fue determinante para que el Lech de Poznan consiguiera algo que jamás podía haber soñado. Aloisio se llevó injustamente los pitos de un escaso público que se olvidó por completo de que el brasileño no hace las alineaciones y también de las causas de la derrota azulgrana frente al Real Madrid.

Anoche más que nunca el gran culpable de la decepción azulgrana fue Cruyff por su manía de jugar a alquimista. El técnico holandés quizá pensó que el conjunto polaco podía prestarse para realizar ensayos. Aprovechando la ausencia de Eusebio, lesionado, alineó a Alosio en el puesto natural de Milla; es decir, por delante de la defensa, y situó al joven centrocampista en la banda derecha. No contento con esto, dejó sentado en el banquillo a Julio Salinas para que purgara sus errores en el estadio Santiago Bernabéu y puso también en su puesto natural a Lineker.

La prueba de Cruyff falló por completo. Desde el primer instante del encuentro pudo comprobarse con claridad meridiana que al Barca le faltaba su habitual distribuidor de juego: Milla. La revelación de la temporada en el fútbol español se encontró agarrotado en una posición que no le va y, consecuentemente, sus compañeros se movieron de una forma torpona, con Aloisio de principal botón de muestra.

De todo ello se aprovechó el Lech, que con un esquema clásico, el 4-4-2, con buenos marcajes, especialmente sobre Txiki Beguiristáin, y unos largos desplazamientos de balón comenza-ron a plantear problemas a la adelantada defensa azulgrana en la que se integró Soler como consecuencia de la inesperada lesión de Urbano, momentos antes de que el partido diera inicio, en el calentamiento.

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