La celebración de misas no ofrece riesgo

El vino italiano utilizado en las misas no corre el riesgo de ser adulterado, según aseguró ayer el cardenal Augustin Mayer, prefecto de la Congregación para el Culto Divino vaticana. El cardenal hizo referencia al asunto del vino italiano adulterado con metanol en el curso de una conferencia de prensa dedicada a la actividad de su departamento en el Vaticano, que fundamentalmente está encargado de garantizar el respeto de las normas litúrgicas.Mayer precisó que las disposiciones del Vaticano obligan a los obispos del mundo entero a ejercer una vigilancia muy estricta sobre el vino ...

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El vino italiano utilizado en las misas no corre el riesgo de ser adulterado, según aseguró ayer el cardenal Augustin Mayer, prefecto de la Congregación para el Culto Divino vaticana. El cardenal hizo referencia al asunto del vino italiano adulterado con metanol en el curso de una conferencia de prensa dedicada a la actividad de su departamento en el Vaticano, que fundamentalmente está encargado de garantizar el respeto de las normas litúrgicas.Mayer precisó que las disposiciones del Vaticano obligan a los obispos del mundo entero a ejercer una vigilancia muy estricta sobre el vino destinado a la celebración de la misa y obligan a los responsables de las parroquias a poner una atención constante sobre la calidad del vino que compran.

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El nuevo Código de Derecho Canónigo exige, por otra parte, que "el vino sea natural, producido exclusivamente con el fruto de las viñas y no adulterado".

Hay monjas que están encargadas de la producción del vino, de las hostias y de todo lo necesario para las celebraciones litúrgicas en el mundo entero. En Italia, las monjas de la orden de San José son las más conocidas. El vino que producen está destinado al altar del Papa.

"Con ocasión de sus viajes apostólicos fuera de Italia, el Papa lleva con él pequeñas botellas de nuestro vino. Cuando sus desplazamientos se hacen a países calurosos, nosotras le damos el vino de nuestro convento de San Esteban, que se encuentra cerca de la localidad de Coni; está pasteurizado y, por tanto, resiste mucho mejor los cambios de clima", ha declarado una de las monjas que prepara el vino que utiliza el Papa.

Las religiosas de la orden de San José producen 1.000 quintales (100.000 litros) de vino al año, que es vendido a 30 diócesis italianas y a algunos clientes, extranjeros, sobre todo argentinos, brasileños y, en ocasiones, africanos. El cardenal Mayer confirmó que su departamento no concede ni admite ninguna derogación de las normas, ni siquiera para los obispos y los sacerdotes de los países que no son productores de vino.

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