Todos contra todos
Campeones y 'recordmen' compiten juntos hoy en los Mundiales de 'cross'
El gran atractivo del cross es el amplio abanico de participantes que permite. Cualquier atleta que corra desde los 1.500 metros hasta la maratón está capacitado para competir con posibilidades de una buena clasificación en el cross. Esto es posible porque el entrenamiento invernal de los mediofondistas tiene como objetivo la acumulación de kilómetros, que se realizan precisamente campo a través.A estas alturas, los hombres de 1.500 metros tienen tanta resistencia como un especialista de fondo. A su favor tienen la mayor velocidad que pueden desarrollar en un sprint, y en su contra, la imposibilidad de seguir un ritmo muy vivo durante 12 kilómetros. Esta es la razón por la que nunca un campeonato mundial lo ha ganado un especialista de 1.500 metros, ya que los fondistas tratan de correr ya desde el principio al límite de sus posibilidades, con el fin de ir eliminando del grupo de cabeza a los corredores de más rápido final.
La variedad del equipo español que competirá hoy es un ejemplo de la modalidad tan abierta que es el cross. En la selección figuran atletas de 1.500 metros (José Luis González y López Egea), de 5.000 (Abel Antón), de 10.000 (Antonio Prieto), de maratón (Vicente Polo), de 3.000 obstáculos (Sánchez Vargas) y también atletas de escasa calidad técnica que les impide realizar buenas marcas en pista, pero de gran fortaleza y capacidad de sufrimiento, que les permite destacar en el cross (Constantino Esparcia, Pedro Arco y Valentín Rodríguez).
La selección española se presenta como un equipo muy serio, con tres puntales definidos, Antonio Prieto, José Luis González y Constantino Esparcia. Quedar entre los 10 primeros ya sería un éxito. Los componentes del equipo no se encuentran optimistas. Falta un líder con carisma. Prieto lo fue el año pasado, porque salió a por todas, aunque luego la pérdida de una zapatilla le alejara de las primeras posiciones. El hecho de que nadie quiera asumir una responsabilidad impide ver a los propios atletas la seria posibilidad de repetir el cuarto puesto por equipos logrado en 1981.
España presenta también un equipo junior (José García, Alejandro Gómez, José Gruñeiro, Antonio Pérez, Antonio Peula y Marcos Pujol) y otro femenino (Ana Isabel Alonso, Montserrat Abelló, Begoña Herráez, Amelia Lorza, Teresa Recio y Asunción Sinobas). En ambas formaciones sí hay ilusión de ocupar posiciones destacadas, aunque las chicas sólo a nivel de equipo.
Variaciones
El cross, que nació internacionalmente en 1903, ha experimentado grandes variaciones desde entonces. Los recorridos abiertos en el campo, con barro y obstáculos naturales, se han transformado en circuitos con césped cortado al ras y balas de paja. El cambio ha sido propiciado por los propios países organizadores de las carreras para dar así opción de buenas clasificaciones a sus atletas más rápidos, capaces de correr por debajo de los tres minutos cada kilómetro, igual que si corrieran en tartán.
Esta sofisticación es la que ha permitido ir dando entrada a los estilistas del atletismo. Es, sin embargo, la propia dureza de esta competición la que se encarga de hacer la selección a favor de los hombres todo terreno. Los etíopes son los grandes dominadores del cross últimamente, acostumbrados a correr por las altiplanicies de su país, por lo que se convierten, de forma natural, en los hombres más resistentes del mundo. Tienen en las individualidades estadounidenses, portuguesas y británicas a sus grandes enemigos, pero como conjunto se han mostrado imbatibles en los últimos cuatro años.
Por lo que respecta al papel de España en el cross, éste permitió sus primeros éxitos internacionales mucho antes de que comenzara a destacar su atletismo en pista. Francisco Aritmendi ganó en 1964, cuando todavía era el Cross de las Naciones, y Carmen Valero, en 1976 y 1977. En categoría junior, los éxitos correspondieron a Jordi García en 1980 y a Pere Casacuberta en 1984, además de los triunfos que se consiguieron por equipos en 1973 y 1979.
La figura más representativa del cross español ha sido, sin embargo, Mariano Haro. Durante cuatro años consecutivos fue segundo. "Mi desgracia fue que al año siguiente siempre ganaba yo al que en el anterior me había privado del triunfo", repite el atleta. Primero, en 1972, le ganó el belga Roelant; después, el finlandés Paivarinta; luego, otro belga, De Beck; y, por último, el escocés Stewart. "Hubiera cambiado mis cuatro medallas de plata, más la de bronce que gané en 1963, por una sola de oro", dice Haro cuando recuerda aquellos tiempos.
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