La reconstrucción del equipo

Ante la presencia confirmada, según fuentes de la Moncloa, del presidente del Gobierno español, Felipe González, junto al del francés, François Mitterrand, en el Parque de los Príncipes, Miguel Muñoz deberá reconstruir su equipo en la gran final. La ausencia de Maceda forzará a diversos cambios, todo ello teniendo en cuenta que Salva esté en condiciones de jugar, como así cree el doctor Jorge Guillén, ya que "aunque sufre dos contusiones fuertes, una en la rodilla y otra en el tercio superior de la tibia derecha, espero que podamos recuperarlo".Con Salva a punto, el zaragocista seguiría en la plaza de marcador, ocupando Gallego la posición de libre en función de que, tratándose de una final de estas características, Muñoz y Miera parecen preferir que esa misión la desarrolle un jugador con más experiencia que el propio Salva, por más que éste la haya desempeñado a veces en el Zaragoza. Urkiaga, que, de esta forma, volvería a la titularidad,y Camacho actuarían como laterales.

Señor, en el centro del campo, sería el primero en acechar a Platini porque no se piensa en situar un perro de presa junto al as galo, sino alguien con técnica y que, simplemente, no le pierda de vista; luego, de superar la posición de Señor, ya se encargaría de Platini cualquier defensa, según por donde penetrase. Y, a su lado, descartado también Gordillo por la acumulación de amonestaciones, Víctor, Francisco y Julio Alberto. Esta hipótesis concuerda con la idea de Muñoz de no alinear al unísono en la medular a Gallego y Francisco. La entrada de Sarabia en funciones de media punta podría barajarse también en los cálculos.

Delante, claro, permanecerían Carrasco y Santillana.

Muñoz cree que la clave estará en si la recuperación física es posible o no. "La psicósis por las bajas de Maceda y Gordillo sólo se acusará al principio", dice.