El presidente de la CGC francesa afirma que el sindicalismo español lleva 20 años de retraso
El sindicalismo español está inmerso en un debate superado en Francia hace 20 años, según aseguró ayer Paul Marchelli, presidente de la Confederación General de Cuadros (CGC) francesa. El proletariado como clase está desapareciendo, y surge una nueva clase de trabajadores, los cuadros y los técnicos. Marchelli aseguró que la lucha de clases estaba superada por la lucha para evitar la colonización de los países. La CGC francesa, tercera fuerza sindical en Francia, agrupa a 680.000 cuadros y ostenta el 17% de los delegados elegidos.
Paul Marchelli, ingeniero industrial y presidente de la tercera organización sindical francesa, la CGC, señaló ayer que "el concepto español de lucha de clases es el mismo que había en Francia hace 20 años. Y ese concepto ya no tiene sentido". A su juicio, el problema no es de lucha de clases, sino de impedir que Europa sea colonizada por otros países industrializados, como Japón o Estados Unidos. Según sus palabras, el sindicalismo moderno está inmerso en una batalla económica por encima de las propias clases.El presidente de la CGC manifestó que el concepto de proletariado como clase estaba desapareciendo. "El futuro de la clase trabajadora, argumentó, "son los técnicos y cuadros, y por eso nuestra organización está adquiriendo la fuerza que tiene".
Paul Marchelli, que se encuentra en nuestro país invitado por la CGC española, afirmó que su organización había luchado contra la política seguida por Gobiernos de izquierdas y de derechas. Y a este respecto, se refirió a la reconversión industrial, subrayando que los problemas de Francia y España eran prácticamente los mismos. "Ningún Gobierno quiere abordar la reconversión, porque ello supone pérdida de votos. Pero la reconversión es un proceso que hay que abordar cuando se haya preparado el camino. Primero hay que preparar empleos alternativos, modernizar la industria. Sin embargo, los Gobiernos", añadió, "tienden a. actuar en este sentido precipitadamente".
Afirmó que la CGC era partidaria de la integración española en la CEE en los plazos señalados, aunque hubiera un período transitorio de adecuación, pero advirtió que el principal problema no estaba en la agricultura -"por mucha crispación que adquieran estas protestas"-, sino en lograr la armonización industrial.
Por su parte, Francisco Sánchez Rosendo, presidente de la CGC española, explicó que en nuestro país el proceso de síndicalización de los cuadros era necesariamente más lento, dada la juventud del movimiento, Y definió a esta organización como reformista y contraria a la lucha de clases. "Los cuadros", dijo, "cumplen un papel amortiguador de las tensiones en el seno de las empresas. Pero eso no quiere decir que sean organizaciones amarillistas. La CGC puede asumir y de hecho asume en muchas negociaciones, las reivindicaciones de los trabajadores".
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